୨ ♡ ୧ - La monótona vida de Taehyun cambia radicalmente con la llegada de un nuevo integrante a la familia, su dueña Chaeryeong llega con un gato calicó a casa, que resulta ser un híbrido al igual que Taehyun.
Beomgyu es un torbellino andante, y es...
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La música era lo que más amaba Taehyun, pero esta vez parecía todo mucho mejor de lo que esperaba, observaba como Beomgyu se movía de un lado a otro, bailando algo torpe por la estancia, Chaeryeong estaba preparando el desayuno, mientras ellos habían decidido colocar algo de música.
- ¿Dónde aprendiste a bailar tan mal? -pregunto Taehyun en tono de broma a lo que Beomgyu ni siquiera le presto atención.
Él solo estaba concentrado en la melodía, moviéndose de un lado a otro y dando una que otra vuelta sobre su eje para poder sentirse mucho más feliz al respecto y vaya que se estaba sintiendo muy feliz.
En su antigua familia la música no era algo que un híbrido podía tener tan fácilmente, de hecho Beomgyu recuerda que cuando era encerrado en el frío desván durante alguna fiesta, se lograba escabullir para poder escuchar las canciones, y definitivamente le gustaban, quería moverse al ritmo de aquellas melodiosas canciones, pero eso solo haría que lo descubrieran, y lo mejor era mantenerse en silencio y quedarse poco tiempo en aquel lugar.
- ¿Por qué no baila, hyung? -pregunto Beomgyu dejando de dar vueltas-. Es muy divertido.
Taehyun solo lo miro por unos momentos, podía ver ese brillo especial, la curiosidad y por lo que veía el amor por la música, igual que él, son muy diferentes y a la vez tan iguales que Yoongi no llegaba a comprenderlo del todo, pero debía admitir que es agradable, sobre todo estar con ese mocoso, aunque la mayoría del tiempo se la pasarán jugando y reclamándose él uno al otro, eso no quitaba el cariño que sentían.
- No quiero hacerlo.
- ¿Qué? ¿Le da pena mostrar sus mejores pasos de baile? -Beomgyu si que podía llegar a ser muy insistente-. No me burlaré de usted si es lo que piensa.
A decir verdad, Taehyun consideraba que tenía dos pies izquierdos, y no le gustaba moverse mucho, gran ventaja, o eso pensaba, así que casi siempre se la pasaba sentado mirando a Chaeryeong tararear melodías o moverse levemente, y ahora que Beomgyu estaba con ellos, pues era un poco más divertido.
Debía admitir que su monotonía a pesar de que había sido destruida por completo por aquel mocoso, le agradaba que haya sido así, después de todo, no podía pasar más de la mitad de su tiempo de vida encerrado y sin alguna compañía más cuando Chaeryeong se va a trabajar, así que de cierto modo se sentía muy agradecido de que Beomgyu viniera a hacer de su vida algo menos aburrido.
- Tengo dos pies izquierdos y prefiero no usarlos -Beomgyu ladeo la cabeza al escuchar eso.
- No diga eso, todo mundo puede bailar si se lo propone -menciono Beomgyu acercándose a él-, vamos, arriba y a bailar, Taehyun hyung.
Taehyun no es alguien que le guste complacer a los demás, pero esta vez obedeció, Beomgyu mostró su dentadura al observar hacía el suelo y mirar como Taehyun repetía esas acciones.
- ¿Lo ve? No es... -Beomgyu levanto la mirada encontrándose con la de Taehyun-... complicado.
- ¿Qué no lo es? Esto es más difícil que apretar los botones del control remoto de la televisión.
- Sigue siendo un gato muy flojo -dijo Beomgyu entre risas.
Taehyun rodó los ojos al escuchar eso, pero sonrió al tener de nuevo la cantarina risa de Beomgyu, definitivamente seguiría siendo un gato flojo si eso hacía reír a su menor.
- ¡Es hora de desayunar, chicos! -anuncio Chaeryeong en voz alta para que alcanzarán a escucharla.
- ¡Sí! -Beomgyu soltó las manos de su mayor-. Hora de comer, estoy ansioso.
- Mocoso tragón...
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