─═♡OᑎE-ᔕᕼOT 4♡═─

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Te encontrabas en tu hogar junto con tu mascota, cuál su nombre era Trap, mientras lavabas los platos, él te pedía que lo sacarás a pasear, como de costumbre, solo que esta vez seria más tarde, ya que hoy era el día en el que él vendría.

Ya habían pasado varias horas y empezabas a pensar que tardaría más de lo esperado en llegar, que el vuelo se atrasó, o lo peor, que había muerto. Entre lágrimas decidiste salir de tu casa y sacar a pasear de una vez al pobre de Trap, pero algo se encontraba detrás de la puerta al abrirla, no lo pudiste creer.

Se veía que iba a tocar la puerta antes de que la abrieras, estaba sorprendido y algo en shock. Recién pudo reaccionar cuando Trap se lanzó a sus brazos y tú también, no perdiste el tiempo.

—Que bueno que volviste amor, estaba tan preocupada—decías entre sollozos los cuales conmovieron a William.

— también te extrañé—dijo con una sonrisa mientras te abrazaba fuertemente.

Luego de eso se separaron y se dieron un pequeño beso, Trap empezó a empujarlos para que salieran juntos a pasear junto a él.

Tú y William se tomaban de la mano mientras sacaban a pasear a Trap, el cual es un perro bastante energético, un Golden retriever.

Una vez ya terminado el paseo fueron a casa para preparar la cena y finalmente dormir, dándole un final hermoso a tu día.

En la madrugada sientes besos en tu cuello que suben lentamente por tu mejilla y finalmente caen en tus labios, tú sabías de quiénes eran esos labios, solo lo dejaste hasta que parase.

—¿Qué sucede, no puedes dormir?—él te dio otro beso corto, en tus labios.

—No, ¿Y tú sabes por qué?—te dio más besos, los cuales cayeron en tu cuello.

—No... dime el porqué—le contestaste mientras acariciabas su cabello.

—Pues...—se acerca a tu oído—porque tengo a un ángel seduciendo su belleza mientras duerme, je, je, je—dijo y te empezó a besar apasionadamente.

Tú no pudiste contenerte tampoco y le seguiste el beso tratando de meter tu lengua a su boca, pero él pensó más rápido y al tu abrir la boca para sacar la lengua el paso la suya antes que tú y empezaron una guerra de lenguas la cual ganó él.

A medida que pasaba el tiempo, la ropa iba desapareciendo de sus cuerpos y empezaban a sentir calor, mucho calor.

Cuando menos te lo esperas William agarra unas cuerdas, ibas a preguntar para qué las utilizaría cuando agarro tus manos y las amarro al respaldo de la cama aprovechando el que estuvieras desconcertada y empezar a besar aquella área en la cual eras una completa sumisa para él.

Mientras más cariño le daba a tu zona sensible, más era el sentimiento de que te vendrías en su boca, pero al detenerse te molestaste un poco hasta que viste que había un trozo de carne bastante largo y apetecible para ti en ese preciso momento.

—¿Qué sucede princesa? ¿Acaso quieres esta cosa que te vuelve loca?—dijo agitando su pene para quitar la tensión y mirándote a los ojos con su labio inferior, siendo mordido por sus propios dientes.

—No sabes cuánto amor...~—Eso sorprendió bastante a William, pero no se quedaría atrás y empezó a penetrarte lentamente.

No podías evitar que en cada embestida que te daba William gimieras, era algo inevitable para ti, pero algo exquisito para él, tanto así que aumento considerablemente el movimiento de sus embestidas, logrando el llevarte al clímax junto a él.

—Prepárate para mañana, princesa, por qué planeo recuperar todo ese tiempo perdido—Esa última frase de él fue lo último que escuchaste antes de caer dormida en sus brazos.

Wιʅʅιαɱ × Tυ ₍ₒₙₑ₋ₛₕₒₜₛ₎ [lemon]Where stories live. Discover now