Mi cuerpo es mío, y yo decido que hago con él.
Yo decido si la falda es lo que me sienta bien, si el rosa es mi color o si las chupas de cuero y los pantalones holgados son lo más cómodo.
Yo decido si mi pelo corto está bien, si tener un tatuaje, o si fumar.
No por eso tienes derecho a llamarme puta, lesbiana o cualquier mierda del estilo.
No me gustan los piropos, no me gustan; es más, me ofenden; el girarse para mirarme el culo, el silbar, el comentar sobre mi aspecto, llamarme puta guarra, fresca, no es de tu incumbencia; vestiré como me de la gana, ya que vivimos en un estado democrático, donde la libertad es la base de la sociedad.
Me hace gracia el término que utiliza mucha gente, al acabárseles los argumentos: "feminazi".
Extremismo? Sí, lo reconozco, el feminismo es la idea extrema o radical de que las mujeres son personas y, por lo tanto, deben ser tratadas como tal.
Hablo por y para todas las mujeres, hombres, niños; que han intentado cambiar algo que estaba mal, y les han perseguido.
Por las mujeres maltratadas, por las niñas que son abusadas, por la discriminación, por el bloqueo de libertad que existe en la sociedad.
Por los estados autoritarios que eliminan la capacidad de pensar, de hablar y de actuar pública e incluso mentalmente.
Ahora, voy a cenar, y espero que penséis un poco lo que dice
