El inicio de una nueva vida (365 Dias 2)

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- Carajo.
- Mierda, te cambiaste el cabello, de nuevo.

Solo se sentó.

- Bienvenidos amigos.
- Que placer, verlos, aunque no sabíamos que teníamos que traer postre.
- Escucha.
- Lo hago.
- Solo vivo la vida, me enamore.

Camine hacia ella.

- ¿Y puedes explicarme cuando paso?
- Solo te diré que desde antes de tu boda.
- Mierda.
- Eres la última persona en reclamarme.
- Ok, pero quiero saber cuánto del inmobiliario tengo que cambiar en mi propia casa, así que hazme una lista.
- Mm - se comió una frambuesa - ¿Una frambuesa? En italiano se dice lampone.
- Te diré dónde meterte una lampone.

- Señoritas, yo les sugiero que se pongan al día en otra parte ya que Olef, y yo tenemos trabajo que hacer, claro cuando tenga ropa decente puesta, ¿Que es eso? ¿Pastel?
- Crema - y se fue de ahí.
-Organice un pequeño viaje para las dos.
- Massimo, te parece que soy un mueble que puedes mover.
-Solo quiero que te diviertas.
- Uy se acabó la luna de miel - dijo Celia.
- Cállate.
- Mira Tn, solo quiero que estés bien.
- De acuerdo, nos vemos después - lo besé.
- Con cuidado.

Íbamos en el camino cantando canciones de banda, cuando me manda la ubicación del lugar.

- ¿Quien es? - pregunta Celia.
- Massimo, es la ubicación de nuestra cita.
- ¿Su cita?
- Nuestra cita, de nosotras.

Tardamos unos minutos y llegamos.

- Hola buen día, soy Sara, ¿a qué nombre está la reservación?
- Hola a Tn Ta o Massimo Torcelli.
- Si señorita Tn, pase por aquí.
- Gracias.

Comenzamos a ponernos al día.

- Entonces la luna de miel, estuvo ardiente.
- Si, demasiado.
- ¿Y cómo pasó lo de Olef?
- Cuando te probabas el vestido de novia nos miramos y sentí una conexión, pero todo se profundizó mientras estos días, y de hecho ya me pidió ser su novia.
- Eso es maravilloso.

Me quedé un poco pensativa.

- ¿En qué tanto piensas?
- Simple, solo estoy muy feliz aquí.
- ¿Por eso te comportas tan seria?
- No estoy sería, solo es remordimiento, creo, se trata de Massimo, se esmera, él nos organizo este viaje y a veces me comportó como mi madre.
- No, no es así, te comportas como esposa.
- Gracias se que puedo contar contigo siempre.
- Es un placer - y se comió un maki- mira es simple, ¿Que le gusta a Massimo? Solo haz eso.

Tome la copa y probé el champagne y me quedé pensando en como lo hacíamos en la luna de miel.

- Ya lo tengo, es eso, y tengo una buena idea.
- ¿Cuál? - pregunté extrañada.
- Ya lo verás.

Continuará...