¿Para qué estamos aquí?

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El frío de octubre se hacía notar en las calles de Seúl, donde dos chicos caminaban muy arropados.

El ambiente calmado hacía que ambos chicos se sintieran seguros, además de que era una hora de la mañana donde los puestos y tiendas apenas abrían.

Habían salido a comprar algo de pan recién hecho para el desayuno que tendrían en su nueva casa, y el olor del pan hacía que disfrutaran aún más de ese momento.

- Hoy vamos a ir por el niño, no te sientes nervioso? - preguntó el pelinegro, de la mano al contrario.

- Un poco, yo sólo me quedaré afuera, y los únicos que van a entrar por él van a ser Junkyu, Haruto y Jaehyuk. - contesta el ahora rubio, quien llevaba una bolsa de pan en su mano.

- Rosé también entrará, no?

- Ella siempre entra, Hyunsuk. - contesta Jihoon, sabiendo bien que la mujer era la primera que se presentaba al ir por ellos.

Jihoon recuerda la primera vez que vió a Rosé, y estaba muy destrozado por la muerte de Hyunsuk, quien, sorpresivamente, se encontraba caminando a su lado en ese momento.

Podría pensar que era un sueño o que también había muerto, pero después de la extensa explicación de Rosé y las demostraciones de los demás chicos, no tenía ni una duda.

Todo había pasado hace al rededor de una semana, justo después cuando accedió a que Rosé lo ayudara.

Una semana atrás.

Doyoung se acercó con cautela al cuerpo de Hyunsuk, evitando hacer un movimiento brusco para no alterar a Jihoon, quien no quitaba su mirada de encima de él.

Jihoon tomaba con fuerza la camisa llena de sangre de Hyunsuk, aferrandose a él.

Doyoung mira a Jihoon como si le estuviera pidiendo permiso para tocar a Hyunsuk, y como no notó ninguna reacción de este, habló. - Voy a tocarlo. - avisa. - Bien?

Jihoon mira a Rosé y esta asiente, luego mira a Doyoung y repite la acción de la mujer.

Doyoung comprende y toma la mano de Hyunsuk y cierra los ojos.

Mientras, desde lejos, Yedam miraba todo, listo para acercarse en caso de que Jihoon hiciera algo.

Rosé les había contado sobre Jihoon y lo que podía hacer, y cuando le dijeron que Doyoung tenía que acercarse, no estaba de acuerdo, pero después de súplicas y palabras convincentes de Doyoung, accedió.

Después de un par de segundos, Doyoung abre los ojos, dejando notar que ambos estaban completamente en blanco, pero sólo por un segundo.

Doyoung miró a Hyunsuk al igual que Jihoon, algo ansioso de lo que podría pasar. Sus ojos picaban, y sus manos temblaban, pero aún así, no le quitaba el ojo a Hyunsuk.

Y sólo fue cuestión de un segundo para que el pecho de Hyunsuk se inflara nuevamente y su piel dejara de ser pálida, para darle paso a sus ojos, los cuales de abrieron por completo, permitiéndole a Jihoon apreciar con una profunda sorpresa y felicidad el brillo de estos.

12 ● TreasureHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin