La maravilla de su sonrisa y lo oscuro de sus ojos

1." Un día normal hasta encontrarme con su mirada"

Eros

Hoy desperté al igual que todos los días, con un portazo que provenía de la habitación de mí hermano menor, Logan, quien es 3 años menor que yo, él tenía 14 años, y era como una copia de mí solo que más bajito, un poco menos atractivo y un tanto malhumorado. En resumen un pre-adolescente en cierta época de rebeldía, por la cual yo no había pasado jamás pero aún así trataba de entenderlo, yo era el hermano mayor de 4 hijos en el matrimonio de nuestro padres. Luego de Logan, tenía una hermana hermosa de 12 años quien era la princesa de la casa la cual se llama Kendall y después un hermano de 8 años llamado Percy.

El punto crucial aquí era que mi hermano Logan, era todo un tema, un completo personaje que cada día de mi vida y desde que él tenía habitación propia me despertaba con un fuerte, estruendoso y ensordecedor portazo, haciéndome sobresaltar en mi cómoda y acolchada cama, justo como ahora, mire mi iPhone que estaba en la mesita de noche de mi habitación justo al lado derecho de mi cama. Lo tome entre las manos y lo encendí mirando con un poco de dificultad la hora debido a recién levantarme y a que todavía estaba bastante adormecido.

El reloj de mi iPhone marcaba las 6:38 am y yo tenía qué ir a la secundaria a las 8:20 am.

Dios es demasiado temprano, acaso mi hermano no entendía que los únicos que tenían que irse tan temprano eran ellos y mis padres.

Joder, que más da ya estaba despierto.

A pasos lentos y perezosos saqué mis pies de la cama, me levanté por completó de ella y me estiré cansando el sonido de mis huesos en todo mi cuerpo, y sintiendo los párpados pesados camine hasta la puerta del baño, entre y al instante me miré al espejo.

Mierda

Mi cabello parecía un nido de ratas, todo mi cabello apuntaba a lados diferentes, dándole a mi apariencia un toqué desaliñado y descuidado. No era que se veía mal, simplemente no iba conmigo, estaba acostumbrado a ir con mi cabello bien peinado pero al parecer hoy sería uno de esos días en los que ni con gel para el cabello arreglaría lo loco que lucía mí cabello está mañana.

Después de cepillar mis dientes y de una buena ducha tibia, camine fuera de baño con una toalla enrollada en mi cintura dejando a la vista todo mi torso definido y muy bien marcado por mis pectorales y abdominales debido a mi entrenamiento físico bastante pesado por las prácticas de fútbol americano, mis brazos también tienen la misma definición que todo mi cuerpo, los músculos de mi espalda y mis piernas también, soy el capitán del equipo ¿Qué más podría pedir? tengo que mantenerme en forma para jugar, y con una toalla más pequeña secaba mi cabello, el cuál había lavado para tratar de peinar mejor.

Opté por unos jeans oscuros y una camisa un tanto apretada para que se notará mi cuerpo definido color azul de la marca "Gucci" que hacia resaltar mi cabello castaño y mi piel blanca con un ligero color canela. No era ni tan blanco, mi piel era canela, para terminar mi vestimenta combine todo con un par de tenis deportivos azules con blanco y detalles en negro. Para ser precisos de la marca "Jordan".

Como pude me peiné y salí de mi enorme cuarto, caminé por el pasillo de habitaciones de la partes de arriba de mí casa, el piso es de mármol todo en la casa, desde la entrada hasta la cocina y los cuartos. Mis padres son empresarios y gracias a ellos vivimos en una casa tan gigantesca que la mayoría de las veces se siente sóla por no estar mis padres la gran parte del tiempo, ellos son muy adictos al trabajo, a excepción de mis hermanos, el personal de servicio de la casa y yo.

Que siempre estamos aquí.

Baje hasta la cocina para encontrar a Janette nuestra increíble Nana, quién había cuidado de nosotros toda su vida, desde que yo había nacido hasta Percy que es el menor, y ella normalmente es la que cocina en casa, me acerqué hasta estar a su lado y deposité un beso en su frente dándole los buenos días. Janette es una mujer de 67 años y es todo un amor, me recuerda mucho a mis abuelas a quienes visitamos siempre de dos en dos semanas. Ella me devolvió el gesto con un abrazo, ella siempre estaba pendiente de nosotros incluso más que nuestro propios padres.