TENIENTE[FANFIC ALEX MORGAN Y LAILA LINCORP]

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Laila Linpcor 

Siempre he sido algo precoz... Aunque no tiene nada de malo es algo que me costo comprender a mi.

Mucho tiempo creí que algo andaba mal en mi, sobre todo en mis gustos por los hombres mayores.

Y no es para mal entender... Me refiero al hecho de que los hombres de mi edad simplemente terminaban por desilusionar me.

En cambio los hombros mayores a mi... Bueno manteníamos las cosas interesantes...

Al final de mi adolescencia creí que solo era una etapa y solo eso, intenté encontrar a alguien de mi edad, alguien acordé a mi.

Después en la FEMF al llegar a Londres y volver a intentarlo descubrí que el problema no eran ellos.

O nuestros pocos intereses compartidos...

El problema era yo y mis expectativas tan altas de una relación que jamás llegaría.

O al menos eso creí hasta que Alex Morgan apareció en mi vida y se acercó a mi.

Jamás le fui indiferente, todo en él me atraía desde el inicio pero creí que no había oportunidades.

Tan equivocada estaba...

Después estaba ese factor por el que muchos nos juzgan.

La diferencia de edad que si bien literalmente podría ser mi padre... No lo es y no me interesa lo que el resto piense.

Me quedó claro esta semana que a él le importa poco lo que el resto diga, y yo no voy a sacrificar mi felicidad solo porque la sociedad lo ve mal...

Está vez la protagonista soy yo y no voy a ser una mártir

La comida está hecha y ya solo falta una cosa, que llegue Alex.

Mis nervios van en aumento ya que no se que mierda es lo que hizo en la central, solo se que ahora tengo un correo de voz de Bratt mandándome a la mierda y diciendo mas estupideces que las que normalmente dice.

Aurora me trajo a la habitación de Alex a descansar después de que tuviera un pequeño mareo después de mi encuentro con Regina Morgan.

Apenas la conocí y ya le caigo mal a mi suegra... Genial.

Suspiro recostando me en la cama después de quitarme las botas, sintiendo el aroma de Alex por todo el lugar.

Suena estúpido y tonto pero es reconfortante, estar aquí se siente bien.

Aun que muy en mi interior revolotea la idea de que este lugar no es mío, o nuestro, si no que fue de Alex y la madre del coronel.