Imagina que vas al centro comercial a comprar un helado y un hombre increíblemente lindo y castaño te atiende.
-Hola preciosa, qué te puedo ofrecer -dijo el castaño con un uniforme gracioso de marinero con una sonrisa coqueta.
-Un helado de vainilla por favor
-Por supuesto, en un momento te lo doy.
Mientras preparaba el helado no me quitaba los ojos de encima, debo admitir que el era lindo y me ponía nerviosa.
-Muy bien, aqui está tu helado de vainilla, son 2 dólares. -me entrego en helado y yo le di el billete.
Estaba por irme pero me dijo algo más obligándome a voltear.
-Lamento mi atrevimiento pero te gustaría salir conmigo -dijo con la misma sonrisa de hace un momento.
-Cuando termina tu turno? -pregunte sonriendo y me vio sorprendió.
-Salgo en una hora -respondio rápidamente.
-Tengo que comprar unas cosas pero volveré -el asintió y yo me dirige a la salida.
-Por cierto soy Steve! -grito desde el mostrador.
-Y yo Lexie! -respondí volviendo a caminar.
Fue algo raro pero interesante, creo que puede salir algo bueno de esto.
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