Muerte del sultan Mehmed

1.9K 178 41
                                    

Fecha: 6 de Octubre de 1563

El palacio estaba sumido en un profundo silencio, la noticia de la muerte de su sultan en campaña había conmocionado a todos, pero sobretodo a una persona, una mujer que sentía su sangre hervir.

— Lo siento sultana. — susurró el mensajero, dejando sola a la mujer.

Hasret lo observó salir mientras dirigía su vista a Alev, su fiel compañera.

— Reune a mis hijos Alev. — ordenó.

— ¿Se encuentra bien sultana? — preguntó la mujer.

— Diles que los veré en mis aposentos, que me esperen ahí. — susurró, yendo hasta los aposentos de Mehmed.

Caminó por los desolados pasillos, mientras la servidumbre la reverenciaba, su sultan había dejado claro que al igual que el, ella era la máxima autoridad del palacio.

— Abran la puerta. — ordenó a los aghas, quienes cumplieron la orden sin objetar.

Entró sintiendo su corazón quebrarse, su esposo, su Mehmed estaba muerto, sintió de pronto como recuerdos del pasado la llenaban, esta vez lo sentía diferente, pues esta vez tenia claro que el ya no volvería, había muerto definitivamente.

Cerró los ojos, dejándose caer al suelo, mientras lloraba, gritando fuertemente, sintiendo como toda su coraza se destruía, cayendo a pedazos su fortaleza y dejando ver la debilidad en ella.

¿Como viviría sin el amor de su vida? ¿como podría respirar si ella no respiraba? ¿como podía sonreír si el ya no sonreiría mas? ¿como iba a ser fuerte si el ya se había llevado toda su fuerza?

De pronto la respuesta llegó a su mente, tenia 19 hijos que cuidar, tenia que proteger a sus príncipes y sultanas, pues ahora era cuando realmente todo iba a empeorar.

Limpió sus lágrimas, tomando grandes bocanadas de aire, sentía que en cualquier momento podría ahogarse si no lo hacia.

Toques en la puerta se escucharon, mientras ella ordenaba entrar.

— Sultana, sus hijos la esperan. — Alev se acercó.

— Debo ir con ellos. — se limpió las lágrimas. — Avisa a las hermanas de nuestro sultan, deben saber las noticias antes de que el pueblo se entere.

— ¡Atención, Haseki Hasret sultan. — gritó el agha cuando atravesó el harén, yendo hasta sus aposentos.

Entró, dándole una mirada a cada uno de sus hijos, deteniéndose especialmente en sus dos príncipes mayores, quienes la observaban con preocupacion.

— ¿Madre que ocurre? — Osman fue el primero en tomar la palabra, acercándose a ella.

— Lo noticia que debo darles es de suma importancia mi leon. — el acarició su rostro. — Su padre, nuestro sultan, ha partido al reino de Allah esta mañana.

Ella observó a cada uno de sus hijos, notando como su sonrisa pronto se transformaba en una mueca de tristeza, para después pasar al llanto.

— ¿Como ha ocurrido? — Ahmed fue el único que se atrevió a preguntar.

— Fue traicionado por el actual gobernante de Venecia y el Sah de Persia. — ella los miró, sintiendo que podía quebrarse en cualquier momento. — Una flecha envenenada atravesó su corazón.

— ¿Que pasará ahora madre? — Ayşe preguntó.

— Ahmed tomará el lugar que le corresponde como gobernante de la provincia de Manisa, tal como nuestro difunto sultan lo habria querido — ella tomó su rostro.

El joven la miró sorprendido, esperaba que fuese Osman quien tomara ese lugar, pues siempre habia creído que su madre tenia preferencia por el, al igual que su padre solía apoyarlo mas a el.

Osman no pudó negar que sintió su corazón romperse cuando su madre mencionó esas palabras, pues aun en su corazón, el guardaba la esperanza de ser quien gobernara al imperio, aunque sabia que Ahmed era el mas preparado para eso.

Hasret lo guió hasta el centro de los aposentos, haciendo que todos lo reverenciaran, Ahmed se había convertido en el nuevo sultan.

El cuerpo de Mehmed llegó a la capital ese mismo día, mientras Ahmed era presentado frente a los jenizaros, haciendo la misma promesa que su padre, no matar a sus hermanos y decidiendo dejar el puesto de Gran Visir a su tio Selim, pues si su padre confiaba a el su vida, sabia que el también podría hacerlo.

— ¿Que fue lo que pasó Selim? — Hasret preguntó, necesitaba saber que era lo que habia ocurrido realmente.

— Nos emboscaron, no pude salvarlo. — se lamentó el pelirrojo, sin poder mirar a los ojos a la rubia, pues sentía que le había fallado, no habia traído a salvo a Mehmed. — Fue mi culpa, no lo protegí.

— No fue tu culpa, jamas digas eso. — ella lo miró. — Ilyas y tu lo protegieron mas que cualquiera aquí, jamas podría culparlos, jamas me atrevería.

Selim asintió, dejándola sola después de eso, aun no podía eliminar la culpa de su mente, pues aunque nadie lo culpara  el si lo hacia, el si se culpaba por lo sucedido.

— Fueron 20 años juntos amor. — susurró Hasret, tomando una decisión en ese momento, necesitaba alejarse del palacio o se volvería loca.

— Madre. — Ahmed llegó hasta sus aposentos, besando su mano.

— Mi leon. — susurró.

— ¿Como te sientes madre? — el la abrazó, sintiendo como ella se desmoronaba en sus brazos.

— He perdido al amor de mi vida hijo, perdí la mitad de mi corazón con el. — ella lloró. — Quiero pedirte algo importante hijo.

— ¿Que es madre? — el la miró.

— Quiero que declares la guerra al Sah de Persia. — ella lo miró con determinación. — Seré yo misma quien dirija al ejercito.

— Es muy peligroso madre. — el la miró. — Haré lo que me pides, pero debes quedarte aquí.

— No puedo hacerlo hijo, ellos me arrebataron a mi esposo, al padre de mis hijos, no solo a nuestro sultan. — Ahmed la miró preocupado, conocía a su madre, sabia que no habría poder humano que la hiciera cambiar de opinion.

— Será como tu desees madre. — el asintió, después de todo, no había manera de que pudiera negarle algo a ella, la mujer que lo había traído al mundo y protegido de todos.

— Ordenaré que sea Osman quien gobierne Francia en mi ausencia, no quiero que se sienta menospreciado. — ella lo miró.

— Me parece la decisión mas acertada. — asintió de acuerdo. — Avisaré a mi tío Selim de tu deseo y partiremos de inmediato, todos deben saber lo que sucede cuando traicionas a un sultan otomano.

Una semana después el poderoso ejercito otomano marchaba a la guerra, siendo guiados por su sultan Ahmed I y por quien seria conocida como la emperatriz del mundo, la gran sultana Hasret, la gran sultana cruel.


¡Gracias por leer!❤

Haseki Hasret SultanWhere stories live. Discover now