ALIVE: STILL ALIVE {Eustass Kid x Reader} [FINALIZADA] (Editando)

2.

(T/N) vio como ambos caían al suelo, agotados y en cuestión de segundos sus hombres corrieron hacia ellos celebrando su victoria y socorriendoles.
Al ver como el castillo se iba derrumbando ambos se preguntaron si deberían prepararse para luchar en el caso de que Luffy perdiese contra Kaido, aunque se encontraban en bastante mal estado tras la batalla contra Big Mom. Mientras ellos recobraban el aliento, (T/N) se mantenía en la distancia vigilando la escena hasta que para su sorpresa se encontró a Killer mirando en su dirección. Ella se sobresaltó pero supo que era imposible que la reconociese tras aquella máscara y con aquel atuendo, aunque aún así decidió salir corriendo del lugar para evitar conflictos.

-¿Qué pasa Killer? -preguntó Kid al ver a su amigo mirar hacia otro lado.

-Creo que el CP0 está en la isla, he visto a una mujer con máscara vestida de blanco pero... -Killer paró porque no sabía si había visto bien un detalle que le había llamado la atención de ella- Nada, simplemente eso.

Kid asintió tosiendo e incorporandose dolorido. Killer se había fijado que en la apertura del vestido de aquella mujer, por la cual podía verse uno de sus muslos hasta casi la cadera, asomaba una especie de liga de cuero negra con lo que parecía un puñal, algo que solo recordaba haber visto en una persona en toda su vida, al menos aquello tan específico, pero supuso que sería fruto de su imaginación y el cansancio.

(T/N) corrió hacia la sala en la que sus compañeros del CP0 se encontraban anteriormente pero en el camino escuchó que habían sido derrotados al enfrentarse a los piratas. Al parecer, solo uno de ellos pudo salvarse pero al no verlo por allí, se le ocurrió una idea que sin pensarlo dos veces llevó a cabo. Se quitó la máscara cubriéndose con la capucha de su capa y la lanzó entre unos escombros. Partió un trozo de su capa dejándola también cerca fingiendo así su muerte al ser aplastada por los trozos del castillo que caían de forma constante. Era irónico que volver a fingir su muerte fuese a ser lo que le volvería a dar la libertad. Caminó hacia atrás viendo cómo había quedado la escena que había orquestado y volvió a correr hacia el lado opuesto llegando de nuevo al piso del escenario trasladándose rápidamente con su técnica de supervelocidad. A su espalda escuchó como algunos piratas bestia se abalanzaban sobre Kid y Law para tomar sus cabezas ahora que estaban agotados así que como último gesto antes de huir de la isla utilizó su haki del rey para pararlos haciendo que se desmayasen ante los subordinados de ambos capitanes. (T/N) sonrió y siguió su camino en busca de una salida.
Encontró una salida del castillo y saltó de la isla utilizando la técnica de geppo para poder aterrizar en La Capital de la Flor sin esfuerzo alguno. Buscó un lugar donde ocultarse tras aterrizar pero fue complicado no llamar la atención teniendo en cuenta que todo el mundo estaba celebrando el festival del fuego. La gente se agrupó a su alrededor ya que era la única que no vestía con kimono y que no se veía como una residente del país.

-¿De donde eres, niña? -preguntó una anciana tirando de su capa.

-¡Pero qué chica más guapa! -la halagó un anciano.

-Hacía tiempo que no nos visitaban bellezas así del exterior. -contestó otro.

-¡Calla, viejo verde! ¡Seguro que ella ya tiene a un hombre joven y fuerte a su lado, no como tú que ya estás viejo! -le contestó otra señora.

-¿Estas perdida? -la tomó de la mano una mujer de cara amable y ella sin saber qué responder asintió.

Aquella gente era realmente amable y para su sorpresa no se habían enterado de absolutamente nada de lo que estaba sucediendo sobre sus cabezas, haciéndo que (T/N) sintiese verdadera pena al no saber siquiera cómo terminaría aquella batalla. La mujer que la tomó de la mano la guió hasta un puesto de comida donde un hombre le regaló una brocheta de carne y alguien le dio un vaso de sake para compartir con ellos encogiendole el corazón con su amabilidad. Sabía perfectamente cual era la situación de esa gente, sabía que no tenían nada por culpa de Kaido desde hacía 20 años y sabía que aquella era la única noche en la que podían comer y beber sin límites, y aún así querían compartirlo con ella, así que lo aceptó y comió y bebió con ellos agradeciendoles su amable gesto.
Siguió caminando entre aquella gente recibiendo halagos constantes sobre su belleza hasta que se topó con una niña excesivamente sonriente.