Capítulo Veintitrés.

411 42 2
                                    

Capítulo Veintitrés: "Yo mate a Frederik, Atlas."

(🍎🍎🍎)

Rápidamente la puerta de mi habitación se cerró, eso hizo que volteara a verla, para después girar mi rostro en dirección hacia donde supuestamente había visto a Atlas, pero ya no se encontraba ahí. Camine rápidamente bajando las escaleras para ver como la puerta de la cocina se cerraba, corrí para ver de quien se trataba, pero no vi a nadie, fue hasta que mi lógica reacciono y me di cuenta que la única salida que había de la cocina era la puerta hacia el patio trasero, camine lentamente y abrí la puerta saliendo de mi casa.

Pero no había nada, ni nadie.

Me quede de pie en el centro del patio para mirar a todos lados en todas direcciones, pero no había nadie, más que un cuervo negro por encima de mi casa graznando en mi dirección, eso me hizo tener escalofríos.

¿Sera una alucinación mía? ¿Puede ser posible que solo lo imagine?

Limpie mis ojos con ambas manos y suspire.

Debo comer y dormir, eso me hará bien.

Entre nuevamente a la cocina para prepararme un sándwich sencillo y tomar algo de jugo de naranja para subir a mi habitación.

Cenare y me dormiré, para dejar de pensar en Atlas y todo lo involucro a su alrededor. Ya no quiero pensar en nada ahora mismo.

(...)

Sábado por la mañana y no puedo dormir más, veo la hora para darme cuenta que son las 4:46 a.m. me limpio la cara con mis manos, sé que la única manera de iniciar el día menos estresada es yendo a correr, así que me pongo de pie como es habitualmente en mí y camino a mi closet para sacar algo de ropa deportiva.

Subo el cierre de mi suéter y termino de atar mi cabello en una coleta alta, ato mis agujetas fuertemente, me giro a tomar mis audífonos de mi escritorio y eso hizo darme cuenta que la ventana de mi habitación se encontraba abierta, no le preste mucho sentido ya que el día de ayer había hecho calor, así que dormida o mi madre pudo la pudo haber abierto, salgo discretamente de mi habitación no me gusta hacer mucho ruido para no despertar a mis padres o a mi hermano.

Conecte mis audífonos a mi móvil, la primera canción que sonó fue drunk de ed sheeran, la deje ahí y comencé a correr rápidamente en dirección al cartel de "bienvenido a green valley" que se encentra a las afueras del pueblo, donde una vez me había visto con Egeon, podía ver como muchas tiendas comenzaban a abrir, eso hizo que corriera más rápido queriendo evitar a las personas, no quería verlas o que ellas me vieran, no quería saludarlas. Últimamente no me encuentro de humor para ser cordial.

Pero sé que ahora mismo debo estar solo concentrada en la subasta y en lo que hoy pasara, todo debe salir bien y por eso mismo yo debo verme bien, no debo verme estresada, no debo verme atormentada, no debo verme como si no hubiera dormido bien en los últimos 6 meses.

No debo verme como si hubiera matado a alguien.

Este tormento me provocaba nauseas, aunque no hubiera comido nada aún.

No podía parar hasta llegar al cartel, aunque mis pies estuviesen matándome, mi respiración este ardiendo y ya no pueda más.

Pero llegue, llegue y me arroje al piso sentándome respirando agitadamente para retomar la compostura, solo había que debía respirar, aunque muchas veces pensara en el porqué de hacerlo.

Me tranquilice, me quite los audífonos y suspire cerrando los ojos para relajarme más.

— ¿Por qué te haces esto? —abrí los ojos con miedo, giré a ver rápidamente a mis alrededores, pero no vi a nadie. —¿Por qué te sobre exiges demasiado, Silver?

Me puse de pie rápidamente y vi que atrás del cartel, recargado estaba Atlas fumando un cigarrillo.

Buen desayuno.

— ¿Qué haces aquí?

— ¿Por qué te matas corriendo? Parece que estas huyendo de algo —camino hacia mí, solo di un paso hacia atrás. — No te hare daño, Silver.

— ¿Qué haces aquí, Atlas? —mire por encima de su hombro para darme cuenta que había una motocicleta atrás de él, pudo haberme estado siguiendo todo el camino y no darme cuenta por la música.

— Quería verte.

— Me verías en la subasta.

— Ya sabes a lo que me refiero, Sil —dio un paso hacia mí, di uno hacia atrás. — No me gusta que te hagas daño.

— ¿Cómo, según tú, me hago daño? —estaba comenzando a molestarme con lo que estaba diciendo.

Pero eso hizo que una pregunta resonara en mi cabeza: ¿Por qué me molesto cuando alguien se preocupa por mí?

— Corriendo hasta casi ahogarte en el cansancio, no comiendo, lastimarte con tus uñas cuando estar nerviosa —toma mis manos para muestras las cicatrices en mis palmas que ni siquiera me había dado cuenta.

Baje mis manos rápidamente, aprete los puños y mire hacia otro lado menos a él.

— Te he observado. —acaricio mi hombro. — no puedo creer que alguien tan perfecta como tú se dañe de esa forma.

— No soy perfecta.

— Todo mundo dice eso.

— ¡Todos se equivocan! —grite molesta. — ¡No soy perfecta, Atlas! ¡Estoy lo más alejado a serlo!

— ¿Entonces porque siguen diciendo eso de ti? ¿Por qué sigues aparentando algo que no eres? —el elevo mi mirada para que lo mirase a los ojos, no podía aguantar verlo, pero cuando intentaba ver a otro lado el la levantaba.

— Porque en este pueblo de mierda solo se basan en las apariencias, en lo bien que me va en la escuela, aunque me mate en ello, en lo hermosa que me veo, aunque deba ejercitarme a mas no poder, en lo maravillosa que era mi vida, aunque un maldito idiota estuviera atormentándome a tal grado querer matarm-

Me detuve en seco.

Estaba revelándole mucha información que no debía.

— ¿Qué? —note su mirada.

¿Es preocupación lo que veo en esos ojos?

— Olvídalo, Atlas.

— ¿Quién era ese idiota? —lo veía molesto.

— Un chico de la escuela, me acosaba, me amenazaba —comencé a llorar sin darme cuenta.

Creo que el decirle la verdad a alguien por fin se siente tan bien.

— Entraba a mi habitación en las noches, quería que fuera suya, pero... me daba miedo, se volvió loco a tal grado de casi- —él se apresuró a abrazarme. — Atlas, tenía mucho miedo.

— Oh, Silver...

— Tenia mucho miedo de que me hiciera daño y a los que amo —me sentía bien en sus brazos, me sentía segura por algún extraño motivo. — Yo no quise Atlas, yo no quise hacerlo, pero no tenía opción.

Él se alejó de mí, observándome.

— ¿Qué hiciste, Silver? —pregunto lentamente.

— Yo mate a Frederik, Atlas. 






(🍎🍎🍎)

pueden leer starlight de luxuryteam

es una novela tipo instagram de multifame mia en colaboracion con unas amigas, es muy entretenida y proximamente con una dinamica muy entretenida, leanla, las que lean y voten las estare siguiendo

ATLAS: Los Desvanecidos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora