Capítulo 34

6.2K 352 15
                                    

Rusia

Narra: Boris

¡No joder!

¡Ella no!

- ¡Dalila! - grito cuando veo su cuerpo ser embestido por un carro.

Corro hasta ella que está tendida en el suelo inconsciente.

- Nena - susurro tomando su rostro golpeado, tomo su pulso que está débil - ¡Ayuda!

Trato de no moverla mucho, su rostro está algo golpeado y sus manos también.

- Aguanta nena por favor - vienen los camilleros para llegársela.

- Señor, déjenos hacer nuestro trabajo - me tratan de separar de ella - Señor por favor, es por el bien de ella.

Me separo y la suben a la camilla para ingresarla rápido al hospital yo siguiéndolos detrás.

- Señor no puede pasar, debe esperar aquí - me detiene cuando llegamos a la sala de emergencia.

Dejo caer mi cuerpo en la pared, golpeando mi cabeza con la misma.

Sé que todo estará bien, ella está bien, ellos estarán bien.

Sé que le pedí un bebé, pero no esperaba que fuera fan rápido, porque el dolor y el recuerdo de Dalia sigue en nuestros corazones.

Pero para que negarlo me hace mucha ilusión tener un bebé con Dalila, pero su cuerpo es de ella y aunque ambos nos afectó la muerte de Dalia, sé que a ella aún más.

Dos horas han pasado y sigo en la misma posición, nadie aún ha salido a decirme nada de Dalila.

- Familiares de Dalila Novikov - me levanto de un salto y camino hasta donde el doctor.

- Soy su esposo ¿Cómo está ella? - pregunto preocupado.

- La señorita está fuera de peligro - suspiro de alivio - Solo un pequeño esguince en la muñeca derecha y algunos rasguños en el rostro.

- ¿Y el bebé? - pregunto con algo de miedo.

- Es igual de fuerte que su madre todo un guerrero, están ambos bien no se preocupe.

- Gracias ¿puedo verla?

- Claro, pero aún está dormida bajo el efecto del sedante, pero irá despertando poco a poco, sígame - caminamos hasta la habitación donde está Dalila.

Entro a la habitación, se encuentra durmiendo tranquilamente como si nada hubiera sucedido.

Tomo la silla para sentarme a su lado, tomo su mano entre las mías.

- Hace un año estábamos en la misma posición y hoy estamos aquí, pero con una situación diferente, creo que en lo que llevo de conocerte he dicho una y mil palabras, pero que no se comparan con nada. Para mí siempre valen más las acciones y a tu lado lo he hecho valer - dejo un beso en sus nudillos - Tenía varias sorpresas preparadas para el día de hoy, pero el sorprendido fui yo, no sabes lo feliz que estoy por la llegada del bebé, por qué la familia se agrande aún más.

- Y así serán porque seremos felices los tres - miro a Dalila que está despierta mirándome con una sonrisa.

- ¿Cómo estás, nena? - me reincorporo.

- Bien, ya quiero irme a casa - se queja.

- Pronto nos iremos - la ánimo.

Continuamos hablando de temas triviales hasta que llega el doctor que por pedido de ambos le da el acta.

El camino hacia casa fue tranquilo, ayudo a Lía a bajar de la camioneta para entrar a la casa.

La paz no es algo que esté en mi relevo.

Tentadora Oscuridad © NUEVA VERSIONWhere stories live. Discover now