5|Te estoy buscando...|

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Capítulo V:

“Te estoy buscando…”

“Desconozco el motivo de mi existencia, pero si debo dedicar mi vida entera a encontrarte…lo hare.”

———

El agua caía por todo mi cuerpo, tenía mucho frío, pero ya los medicamentos no estaban haciendo efecto alguno en mí. El agua entonces, era lo mejor que podía hacer. Pues ir a un hospital nunca sería una opción si no me estaba muriendo, y, en definitiva, yo no moriría por algo como eso. Era muy fuerte, aún así, la fiebre me debilitaba de una manera exorbitante.

Después de una larga ducha, ya me encontraba en mi cama con mi respectiva pijama de pollito, pues amo los pollitos.

Tock tock…

Escuché la puerta, debía ser Axel, ya que mamá no sabía que estaba enferma y esperaba que no lo supiera. Ella a la hora de alarmarse suele ser muy exagerada, aunque lo es con todo en general. Cosas de mamás. Y mi padre no se quedaba atrás.

Cosas de padres en fin.

Entonces, en vista de que no lo tomarían de la mejor manera, no podía verlos, porque de hacerlo, tenía que decirles todo lo que estaba sucediendo. Y… no señor, yo enferma no lo haría, prefería descansar y esperar el momento indicado—en el que no sintiera que mi cabeza explotaría—, para hacerlo, porque… a pesar de lo mucho que me aterraba la situación, tenía que enfrentarlo.

—Pasa…—dije, débilmente.

Era Axel.

—Pero si es Axel, mi hermano favorito…

Torció los ojos.

—Yo no soy tu hermano favorito, soy tu dulce tormento.

—Eso también. —reí, aunque me dolió hasta eso.

Este se acercó para tocar mi frente. Y, seguido de eso se quejó porque estaba muy caliente. Que bueno que no le dije el pensamiento de doble sentido que me llegó a la mente, pues estaba segura de que me pegaría un coscorrón.

—Te dije que me llamaras si necesitabas algo, Jinni, pero en vista de que yo no sé qué rayos hacer… deberíamos llamar a mamá. —dicho esto, buscó su teléfono en su bolsillo, pero lo detuve arrebatándoselo.

—¡Jin!—me regañó.

—Axel, se supone que somos adultos, no podemos llamar a mamá cada que una tontería suceda.

—No es una tontería, estás enferma y yo no sé qué más hacer. No soy doctor. Además, no por todo llamo a mamá. No seas mentirosa, Jinni, te crecerá la nariz.

Suspiré.

—Llamaste a mamá la semana pasada porque no encontrabas tu bóxer de tiburón.

Se puso rojo como un tomate.

—Sí, pero… fue por si… los había dejado allá. No porque mamá sepa dónde guardo mis bóxer aquí, ni nada por el estilo. Pff, sería ridículo—miró hacia otro lado, apenado.

Mi hermano era como un niño, al cual quería mucho y, en el mayor de los casos terminaba cuidándolo, y tenía la leve sospecha de que él hacía desastres adrede solo para tener mi atención.

Y le funcionaba.

—Bueno, como sea. Si quieres ayudarme y no sabes cómo, te diré—me preparé para anunciar con una sonrisa—. Anda a la cocina y hazme una sopita ¿Si? De pollo.

Enamorada de tu RecuerdoWhere stories live. Discover now