JUNIO

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Capitulo 6:

Los días siguientes marcharon al igual que siempre. Me despertaba temprano en la mañana y salía hacia el lugar de Bill a tomar mi desayuno antes de ir a la librería. Dylan salía a entregarme mi pedido y nuestra relación había regresado al lugar cómodo donde estábamos antes de que mis sentimientos se volvieran un poco locos. No habíamos hablado sobre esa noche, ni siquiera sobre Leo, continuamos coexistiendo como siempre lo habíamos hecho. Vivi estaba de mejor ánimo, aunque ya no hacía mención del nombre de Sam a todas horas como antes de la fiesta. Katia continuaba ayudándome con los talleres y llevábamos unos días sopesando la idea de traer una firma de libros de un escritor poco conocido a nuestro local. Su representante había llamado hacia algunos días y estábamos intentando que todo estuviera preparado para el día de la presentación. Las fiestas en el lago continuaban, pero no había asistido a ninguna otra, aunque Laura continuaba apareciendo por la librería intentándome convencer a participar en las nuevas atracciones. Con las fiestas en curso el turismo aumento y así los clientes, Katia y yo pasábamos algunas horas de más en la librería, pero los resultados de ventas nos mantenían motivadas.

–Quizás deberíamos mover algunos estantes y crear más espacio para la gente. – hablo Katia un jueves en la tarde a solo media hora de cerrar – he visto algunas entrevistas de este chico y a pesar de que está empezando atrae un buen número de público.

–Hablare con Dylan – comente y empaque unos libros para Lily. Cuando había insistido para que saliera de casa había alegado que tenía un fuerte dolor de cabeza. Había dejado pasar el tema, pero Dylan debía hacer algo antes que su mama se convirtiera en una completa ermitaña. – ¿está bien si cierras hoy? – le pregunte a Katia quien asintió distraída.

–Dale un beso de mi parte a Lily y dile que la próxima semana abriremos un nuevo taller de escritura por si quiere pasar.

–Gracias Katia se lo diré.

–Cuídate chica – se despidió y puse rumbo a casa de Dylan.

Lily era una clienta fija y consumía la mayor parte de nuestra sección de misterio. A veces tenía que darle la razón a Dylan de que su mama daba un poco de miedo.

Toque a la puerta y me recibió con una sonrisa dejando atrás su papel de enferma.

–Veo que te sientes mejor – comente entrando directo a la sala.

–Oh ya sabes querida tome un calmante y estoy como nueva – se defendió y reí.

–Bien, aquí tienes tus libros. Katia te manda un beso y dijo que la próxima semana comienza un taller de escritura por si quieres apuntarte.

–Lo pensare cariño, pero ya sabes cómo estoy en estos días, mi cuerpo está enfermando más de lo normal.

–¿Quieres que te lleve al hospital?

–No, nada preocupante. – me tranquilizo, aunque sabía que su supuesta enfermedad era solo una excusa.

–Vale ahora me voy llámame si necesitas algo.

Puse rumbo a casa y entré en la cocina. Quería preparar algo de cena para Dylan y para mí. Necesita endulzarlo si quería que me ayudara con los cambios en la librería. Pocas veces se negaba a echarme una mano, pero era mejor si antes preparaba el terreno. Le mande un mensaje diciendo que solo tenía que traer postre y mando a cambio un emogi con ojos de sospecha. Reí por lo bien que me conocía y puse a preparar pasta. Era uno de los pocos platos que sabía. Había pasado tantas horas viendo a mama hacerlo para la cena que era imposible que la receta no estuviera clavada a fuego en mi memoria. Cuando le daba los últimos toques a la salsa la puerta se abrió y entro Dylan luciendo cansado.

JuneWhere stories live. Discover now