Corazón de hielo [Jelsa] CDH #1

❄Capítulo 11: La cuidad❄

—¿Por qué no puedo ir? —Las quejas del muñeco de nieve se escuchaban por cada rincón del castillo.

—Es muy peligroso Olaf, quiero que tu estés a salvo. —Le respondió Elsa con dulzura

—¡Pero yo quiero ir! Quiero ayudar, y yo conozco a Anna y a Kristoff. No Jack.

—Lo sé, Olaf. Pero Jack es de mucha ayuda. Con él será mucho más fácil rescatar a Anna y a Kristoff.

-¡Pero yo también soy de mucha ayuda!-seguía insistiendo Olaf, Jack sonrió al ver la persistencia de su amigo. Se acercó a Elsa haciendo distancia de ella y Olaf.

—Pùes yo creo que Olaf debe ir con nosotros.

—¿Qué? —preguntó Elsa sorprendida.

Jack asintió.

—Creo que Olaf puede ser de mucha ayuda.

-Pero...-Elsa ya empezaba a quejarse.

-Pero,-repitió Jack-Va a ser divertido. Además Olaf conoce a Anna y a Kristoff al igual que tú. Yo no lo hago. Y si Olaf insiste tanto en ir es por que realmente le importan ellos. No puedes negarselo.

Jack vio que Elsa parecía debatir consigo misma ante aquello, Jack sabía bien lo que estaba usando, se aferró a su cayado viendo divertido hacía la reina.

-Bien,-dijo Elsa.-Olaf puede acompañarnos.

-¡Si!-gritó Olaf. Elsa suspiró y se alejó de los dos para ir por Sven, el muñeco de nieve estaba realmente contento, Jack se volteó a Olaf y le guiño un ojo, Olaf pareció entender y sonrió aún más.

***

Ellos, dentro del castillo, de vuelta en el calabozo, encerrados en contra de su voluntad, no sabían que iba a pasar con sus vidas después de eso. Anna quería estar en casa, al igual que Kristoff, quién deseaba estar junto que Sven.

Anna comprendió, después de hablar con la reina de las nieves, que ella había atacado el barco para atraparlos, Anna se preguntó de donde se habría enterado Cerise quién era ella.

-¿Que crees que nos vaya a hacer?-dijo Kristoff mientras abrazaba a Anna lo más que podía.

-A estas alturas no lo sé. Sólo nos queda esperar.-le respondió Anna. La reina de las nieves, Cerise, esa chica, quería algo de Elsa. Anna no podía dejar de pensar en eso. Su querida hermana estaba en peligro, y Anna está vez no estaba para ayudarla.

-No puedo creerlo...-Dijo Kristoff en casi un susurro.

-¿El que?-preguntó Anna.

-Tú, siempre ves el lado positivo de las cosas, y ahora estás así. Supongo que ahora si debo preocuparme.

La princesa de Arendelle se dio cuenta en ese momento, no estaba siendo ella. No estaba teniendo esperanza. Pero recordó ese viejo dicho, la esperanza es lo último que muere. Aclaró su garganta y se separó de Kristoff.

-Es cierto, hay que verle el lado positivo, hay que tener esperanza Kristoff, Elsa seguro debe saber lo que nos pasó, debe de estar por rescatarnos. Estoy segura. Pero nosotros debemos poner nuestra parte, debemos luchar si es necesario.

Kristoff vio a Anna y le dedico una sonrisa. Esa era la Anna que conocía y amaba. De pronto el rubio sintió cómo una presión caía sobre su cuerpo dejándolo débil, en ese momento vio todo negro.

-¡Kristoff!-Gritó Anna corriendo hacía su esposo. Lo tomó, su piel estaba sumamente helada. Claro, estaban en un lugar completamente helado, un castillo de hielo, y ninguno de ellos tenía un atuendo para el frío, Anna no se había dado cuenta del frío del lugar y de la nada su piel se erizó, ella podía soportar el frío, ya estaba acostumbrada a ello, pero no lo aguantaba mucho tiempo. Anna no había notado lo helado que era el ambiente a su alrededor. Y empezó a sentir más frío que nunca.

Un sonido, uno realmente fuerte se hizo presente justo detrás de Anna, ella se volvió sosteniendo con aún más fuerza a Kristoff. Descuida Kristoff, yo te cuido. Pensó la princesa.

La puerta se abrió, y una figura entró a la sala, dejando a la princesa paralizada. De entrar. No podía creerlo.

-¿Hans?-preguntó la princesa, dirigiéndose a su ex prometido.

El hombre sonrió.

***

-¿Crees que existe manera de ayudarlos?-preguntó Jack en frente de las estatuas de los  empleados. Elsa los miraba con tristeza, un corazón congelado es difícil de sanar, Elsa lo sabía bien.-Creo que debe existir alguna manera de ayudarlos, esto no puede durar así.-Jack, examinando con cuidado a uno de los sirvientes frunció el entrecejo.-Nunca he visto a una persona con el corazón congelado.

-Si la hay,-dijo Elsa-Pero no sé de qué manera se podría aplicar... y si se hace, podría funcionar.

-¿De que hablas Elsa?-preguntó Jack mirando a la reina.

-Un acto de amor verdadero descongela el corazón.-citó Elsa.

-¿Un acto de que cosa?-preguntó Jack intrigado.

-Un acto de amor verdadero, Jack.-Repitió Elsa-Cuándo Anna se estaba congelando, en ese justo momento pudo hacer que Kristoff la besara, un acto de amor verdadero para ellos, pero en cuánto se dio cuenta que Hans estaba a punto de matarme  Ella se interpuso entre nosotros y me salvó de Hans, ese acto de amor de hermanas nos salvó. Y ella descongeló su corazón. Un acto de amor verdadero descongela el corazón.

-Entonces... ¿Crees que salvar a tu hermana podría salvar a todos?.-Preguntó Jack al momento en que Elsa asintió.

-Hay que intentarlo, Jack.-respondió Elsa con una sonrisa preocupada.

Jack frunció el entrecejo por última vez y suspiró. Iba a abrir la boca  para decirle algo a Elsa, pero unos gritos inundaron el salón interrumpiendo su conversación. ¡Elsa! ¡Jack! ¡Tienen que venir a ver esto!. Ellos reconocieron los gritos, su pequeño amigo de nieve venía hacía ellos con una expresión de preocupación.

-¿Que ocurre Olaf?-Lo alcanzó Jack para que dejara de correr

-La ciudad... los ciudadanos... hielo... correr... Olaf... avisar... calcetines...-El pequeño hombre de nieve había caído al suelo del cansancio sin decir una palabra más. Elsa y Jack se miraron entre sí, no había sentido en lo último que había dicho Olaf pero ellos pudieron entender.

Algo había pasado en la ciudad.

Ambos se echaron a correr fuera del castillo, llegaron a la ciudad rápidamente Jack dejaba que Elsa fuera primero, era su reino después de todo. Cuándo llegaron allí, Elsa tuvo que ahogar in gritó ante la escena, y Jack quedó inmóvil, casi cómo una estatua, casi como los aldeanos que ahora habían sido convertidos en estatuas de hielo