🔚 | Si Supieras

C A P I T U L O ¹⁷ 💗

Llegué a la Cantera.

Sentí unas manos en mi cintura, voltié hacia atrás y Richie ya me tenía abrazada.

—Hola pequeña —sonreí.

—¿Dónde estabas? No te ví—nuestras bocas se rozaron, pero de nuevo, Richie se quitó.

Ignoré eso, pensando en que podría haber pasado. Todo está literalmente bien, no hay algo que hice mal, ¿O sí?, bueno, nos levantamos bien, platicamos bien, no hemos tocado ningún tema del que nos cause una discusión. ¿Entonces?.

—Te ves hermosa —se colocó enfrente de mi —ese vestido... te queda muy bien ajustado a tu cintura, y a tu...

—No venimos a eso —puse mi índice en su boca para que no empezara con sus calenturas pasadas de mano.

—No, claro que no —me tomó de la mano —Ven.

—Okeyy

Richie me llevó a un lugar más profundo, donde casi nadie va.

—¿Por qué hasta acá? —pregunte frunciendo el ceño.

No respondió mi pregunta —Muy bien, ahora ponte esto —sacó una pañoleta.

Puse cara seria cuando ví el pañuelo.

—¿Qué? —dijo entre risas.

—¿Es enserio? —asintió.

—Claro, bonita —se dirigió hacia a mi, y me tapó los ojos.

—No me gusta para nada esto, ¿Lo sabes? No me gusta la oscuridad —apretó el pañuelo a mi cabeza —¡Auch!.

—¡Ops! ¡Lo siento nena! —lo aflojó un poco más.

Me tomó de la mano y ahí es cuando entre en pánico.

—¡Richie, Richie, Richie, tengo miedo! —comencé a falsear un llanto —¡Richie!.

—Cállate —dijo entre risas —¿Qué no confías en mi?.

—Mmm, no.

—Ah...

—¡Mentira!.

Me dejó ahí... en visto, ¿Me ignora mucho eh? Que mal hombre.

Pero me gusta.

—Ya llegamos —sentí su voz en mi oído.

Pronto me quitó el pañuelo y pude ver un lugar hermoso.

—¡Wow! Es... muy bonito.

—Y mira lo que hice para ti —señaló hacia abajo.

Había una manta, era un picnic, tenía fresas, uvas, y una... tarta, se veía muy deliciosa, chocolates, y gomitas.

—Richie... wow, en serio que wow —me volteó a ver con una sonrisa.

—Siéntate, mira, aquí hay... algunas cosas que te gustan— me senté y después el —Hay fresas, chocolates...

Solo lo veía a el que dejé de tomar atención a lo que decía, es tan lindo, pero... raro, ahora me está confundiendo demasiado.

—¿______? —su mano pasó sobre mi vista.

—Oh... lo siento.

—¿Te gustó, o no?.

—Claro Rich, me encantó, nunca había venido hasta acá —tomé una fresa y la mordí.

—Que bien, me alegra.

Esto es... demasiado horrible, no digo por el lugar y el picnic, lo digo por el, definitivamente no es el.