𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝟸

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Examen de ingreso

╭┈─────── ೄྀ࿐ ˊˎ-☪︎⋆

—¡Nakajima Atsushi! —

—¿Sí? —

—A partir de ahora serás parte de la Agencia de Detectives Armados. —

—¡¿Cómo...?! —

Sus ojos se abrieron de golpe al mismo tiempo que se sentaba. Los recuerdos de todo lo sucedido el día anterior llegaron a su mente en un instante. Miró su mano derecha y la revisó, soltó un suspiro aliviado al ver que todo estaba en orden.

Levantó la mirada, inspeccionando el pequeño departamento en el que se encontraba. Era bastante sencillo, solo contaba con una cocina, el baño y la pequeña habitación donde ahora estaba, pero eso era más que suficiente para ella.

—Hacia tiempo que no dormía bajo un techo. —murmuró mirando a la nada.

Estaba dispuesta a levantarse, cuando de pronto, el celular que le habían dado la noche anterior comenzó a sonar, haciéndola sobresaltarse por el susto. Rápidamente comenzó a buscar el aparato antes de que dejara de sonar hasta que por fin lo encontró bajo su almohada, lo tomó e intentó contestar, el problema era que no sabía cómo hacerlo.

—¿Qu-qué hago? —se cuestionó nerviosa mientras jugaba la pantalla. Comenzaba a desesperarse al no poder contestar, pero afortunadamente pudo hacerlo justo antes de que la llamada se perdiera y llevó con rapidez el celular a su oreja —. ¡¿S-sí, diga?!

¡Good morning! —saludó Dazai con alegría al otro lado de la línea.

—Ah, Dazai-san. Buenos días. —devolvió el saludo ya más tranquila.

Hoy hace buen tiempo —mencionó con el mismo tono —. ¿Qué te parece tu nuevo departamento?

—Te doy las gracias. Es mucho mejor que dormir al aire libre. —agradeció sonriendo levemente.

Me alegra escucharlo. El cambio de ropa al lado de tu futón es un regalo de parte de la agencia. 

La albina volteó a su izquierda encontrándose con la muda de ropa y su mochila. Sonrió ligeramente por el gesto tan bonito.

—En verdad, les estoy muy agradecida por todo.

Por cierto, Atsushi-chan, lamento ser tan directo —habló ahora con un tono más serio —...pero tenemos una emergencia entre manos.

—¿Una emergencia?

Sí, es algo impostergable. Parte enseguida al lugar que te indicaré, ¡es una crisis! Solo tú puedes hacerlo.

Bien —finalizó la llamada y se levantó del futón para dirigirse al baño.

Cuando terminó de asearse, se cambió con su ropa nueva y ordenó un poco la habitación. Nuevamente agarró su celular para llamar al castaño, quién no tardó en contestar.

—Ya estoy lista, Dazai-san.

Bien. En primer lugar, procura cerrar la puerta con llave cuando salgas.

—Sí. —Atsushi salió de su departamento y cerró con llave como le indicó el mayor.

Ahora mira detrás de ti. —ella obedeció y se giró hacia atrás, encontrándose con el suicida... dentro de un barril de combustible.

—¡¿Dazai-san?! —exclamó con sorpresa. Este solo movió la mano en forma de saludo con una pequeña sonrisa amistosa. Sin pensarlo dos veces, bajo corriendo las escaleras y llegó con el mayor. Cuando estuvo junto a él, miró detenidamente el barril y luego a su superior —. Eh... ¿qué fue lo que pasó?

𝑈𝑛𝑖𝑑𝑜𝑠 𝑝𝑜𝑟 𝑒𝑙 𝑑𝑒𝑠𝑡𝑖𝑛𝑜 Where stories live. Discover now