WISH YOU WERE GAY | CHANGBIN

CAPÍTULO 7

- ¡Oh, vamos! ¿Desde cuándo rechazas una buena propuesta?

- Desde que, umh, déjame recordar... ¡ah, ya sé! desde que se me da la puta regalada gana. Ya piérdete.

¿Dónde estaba Minho cuando le necesitaba? Cierto, con Jisung. Ese adorable chico comenzaba a caerle mal por robarle a su amigo. ¿Pero qué podía hacer? Lee era feliz estando con Han, y al parecer, sus sentimientos eran correspondidos, asi que no podía interponerse.

Había ido al baño porque quería un momento a solas, quería respirar. Hace unos unos momentos, en el aula, había sentido que se ahogaba. Sabía que era un ataque de ansiedad, por lo que salió corriendo sin darle explicaciones a la profesora. ¿Cómo hacerlo cuando estaba asfixiándose?

El timbre del receso había sonado hace mucho, él aún seguía en el baño para ese entonces, y es cuando entró aquel idiota con esteroides pensando que podía obligarlo a tener sexo.

La verdad era que desde que Changbin había llegado de nuevo a su vida, ya no frecuentaba tener sexo con algunos estudiantes. Se había cohibido sin saberlo. Minho era su único amante, pero ahora que estaba con Jisung...

Habían comenzado a salir en secreto por lo que le decía su amigo. Al parecer Jisung tenía miedo de que Changbin se enterara y le dejara de hablar. Desde hace días estaban así. Y Seung podía notar como poco a poco Minho se alejaba, tal vez lo hacía inconscientemente, no lo sabía, pero algo era seguro; Jisung lo estaba alejando.

Regresando a su problema actual...

- Joder, Seung. Tengo una puta erección en mis pantalones, sabes cuánto duele ésta mierda.

- No es mi problema que decidas ver porno en medio de clases. Ahora retírate, quiero estar sólo.

Le dió la espalda, abriendo el grifo del agua para lavar su rostro cuando de pronto dos manos se posaron en sus caderas, empujándole hacia el frente y arrinconándole contra el lavabos. Sintió como se restregaba contra su trasero, haciéndole rodar sus ojos de exasperación.

- Vamos, ¿acaso no quieres ésta polla en tu culo?

- Te dije... ¡que no!

Se giró, alzando su mano para así impactarla contra la mejilla del más alto. El lugar se quedó en silencio, con aquel chico tocando su mejilla ahora rojiza y él dirigiéndose lentamente hacia la puerta del baño.

- ¿Sabes? Por lo general... me excito cuando se resisten.

Esa fue su señal para correr.

Salió con un portazo y sus zapatos resonando en el vacío pasillo. No había ningún alma por los lugares ya que todos se encontraban ya sea en el comedor o en el patio trasero de la institución.

Su única opción era correr, esconderse o llegar hasta algún profesor y fingir que tenía alguna duda sobre alguna clase equis.

Lo malo era que... estaba en el tercer piso, la sala de profesores estaba en el primer piso.

- ¡Seung!

No iba a admitirlo, pero estaba asustado. No era la primera vez que le sucedía algo así, pero esa vez se sentía diferente.

Dobló en un pasillo, sabiendo por un anuncio en la pared sobre alguna banda de rock que tocaría (o tocó, quién sabe) en la escuela que estaba cerca de las escaleras.

Podía escuchar los pasos acercándose más y más a sus espaldas, aquello sólo le impulsaba a seguir corriendo aunque pronto notó que su costado comenzaba a doler y que sus piernas ya se estaban cansando.

No era taaan malo en educación física, pedo maldición, en sus ejercicios no estaba corriendo en una situación de vida o muerte.

Fue entonces que casi al llegar a las escaleras, una puerta de un salón al azar se abrió, justo frente a él, y debido a la velocidad a la que iba, no le dió tiempo a frenar, por lo que impactó con rudeza contra la madera.