Transfiguración [ES]

Transfiguración

Hijo del caos y la tormenta,
Hijo de la violación y el canibalismo, de la amputación.
Donde el cielo viola la tierra y mata a sus propios hijos.
Traumatizado por la guerra primordial,
Donde los titanes devoran a los dioses...
¡Soy yo! El rechazado, el hijo bastardo del tiempo.
Que nace de la guerra y está destinado a la muerte.
Luchando contra su propio padre.
Por la supervivencia;
¡Resistencia!

Sé quién soy,
No tengo miedo de decirlo.
Llevo el mundo entero sobre mis hombros,
Toda la Historia en la mirada, en mi piel,
En mi sangre...

Y esto no termina aquí.

El despertador sonó y tardo en levantarme,
Son las 5:11.
Sangré anoche.
Y me sacrifico, de nuevo, y de nuevo, y de nuevo
- en un acto de coraje y brutalidad frente a lo absurdo propio -,
Me levanto.

Que de la intersección del hombre y el mundo,
Nace este sentir: mar profundo.

Hay un bloque de concreto atado a mis pies,
Arrastrándome hacia el fondo.
Estoy sin aire.
Comienzo a ahogarme
En las aguas oscuras de la realidad.
Me estoy muriendo, sé que voy a morir,
Pero deseo la inmortalidad
Solo para seguir atrapado en esta sensación.
(Atrapado en esta sensación...)

Me veo reflejado en el espejo,
Mirando hacia el vacío infinito.

Ventanas dispersas en la cordillera de ladrillos y cemento,
Luces perdidas de la máquina simbiótica,
Que se encienden poco a poco
Para dar soporte a la vida
De millones como yo...

...Ser indefinido que se es:
Dios y hombre,
Ambos en una lucha continua;
Un enfrentamiento colosal.
Ser indefinido, que no es ni dios ni animal.
Aberración de la naturaleza y de la sobrenaturaleza divina...

Las luces amarillentas de los postes comienzan a apagarse.

Los primeros rayos de sol
Surgen detrás de la montaña de casitas
Y alcanzan mi rostro.
Cierro los ojos.
Siento la fuerza y la epifanía de Olorum calentando mi piel.

Desde aquí arriba, en la cima del mundo, veo la máquina del mundo abriéndose para mí.
Y la luz-sombra susurrando en mis oídos
Que soy más grande que todo esto.

Soy más grande que todo esto...

Soy fuego que se enciende
Y se apaga segundo a segundo.
Naciendo en cada instante y, al mismo tiempo, muriendo.
Incertidumbre, incógnita, duda.
Imprevisibilidad.
Soy la alta ansiedad,
El punto de inflexión,
La matemática del caos.
Entre la idea y el determinismo,
Negro y rojo.
Ni existencia, ni inexistencia.

Es apoteótico:
La llama, la astucia de los dioses robada por Prometeo,
Brilla en mí.

Y es por ella, exactamente por ella, que me vuelvo capaz
De interpretar el cosmos:
Orden profunda y divina de las cosas,
Esencia de Amón y de Ra,
Epistemológica, Estética y Moral.
Donde todas las perspectivas,
Múltiples e infinitas que son,
Se funden en la totalidad del instante.
Donde la esencia de las cosas se vuelve una:
Toda la potencia, toda la presencia, toda la ciencia.
Perfección.
Todo lo más grande que puedo pensar...
...Todo lo más grande que puedo sentir.

Subo al autobús; son dos horas hasta el centro.
Me siento, y me digo a mí mismo
Que soy todas las emanaciones del creador
- Irunmalé, Sefirot -
Y sus polaridades.
¡El universo mental!

(Y la realidad terminó)

Veo los cables enredados en los postes,
Me pierdo en el vacío de la existencia:
Telarañas atrapadas en la nada.
Donde los Orixás bajan a jugar.

Y los edificios, los cerros, las casitas,
Poco a poco dan paso a mi imaginación.

Cuando uno toma conciencia y enfrenta
Su llama y su sombra,
El hombre alcanza el elixir.