CAPÍTULO CINCO

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Ambos herederos pasaron toda la mañana y parte de la tarde ayudando en el pueblo, no habían almorzado ni comido nada porque se habían centrado en ayudar y terminar lo antes posible.

Bella le iba siguiendo el paso a Peter bastante bien, aunque, sin embargo, se podía notar como la mayoría de los ciudadanos y habitantes del pueblo central se quedaban mirando despectivamente a la chica, principalmente las jóvenes que rondaban en sus edades, chicas que se acercaban a "mimar" al príncipe llevándole agua y algunos bocadillos, pero cosas que él mismo compartía con Bella sacando a la luz su gran lado bondadoso. Dicho acto hacía que las pobres jóvenes miraran aún peor a la heredera siendo que ella no tenía la culpa de nada, sin embargo, no se atrevían a decir nada en contra de la muchacha por miedo a que Peter les regañara, por lo tanto, se limitaban a cuchichear y criticar entre ellas.

A mitad de la tarde ambos herederos dieron por finalizadas las labores en el pueblo por lo que luego de que Peter se despidiera, ambos subieron al carruaje para volver al palacio, el sol no duraría mucho arriba ya que estaban entrado en invierno, así que debían de llegar antes de la noche al palacio, aunque los esperase un viaje bastante largo, a decir verdad.

[...]

Ya era casi totalmente de noche cuando el carruaje que veía del pueblo estacionó frente al palacio. Ambos consejeros del príncipe se encontraban esperándolos y al ver a Peter bajar primero dieron un paso adelante, Anne se acercó para ayudarlo, sin embargo, él ya se había bajado y girado para tenderle la mano amablemente a Bella, la cual tomó sin darle mucha importancia soltándola de inmediato.

—Es un gusto tenerlos de vuelta en el palacio, altezas. ¿Qué tal les fue en la jornada de hoy? —preguntó Joseth con cordialidad y amabilidad subiendo a un lado de Peter en lo que ambos jóvenes subían los escalones de la entrada, mientras tanto Anne se mantuvo detrás de ellos cerrando la marcha.

—Muy bien la verdad Joseth, Bella ha sido de muy buena ayuda, sin ella no hubiese podido terminar tan temprano —halagó el chico con una sonrisa bondadosa haciendo que Bella rodara los ojos muy levemente mirando hacia un costado. no era que hubiese hecho mucho la verdad, a no ser que mirar en la mayoría de los lugares sea algo productivo.

—Me alegro entonces majestades —dijo el hombre con su porte elegante—. Señorita Bella.

—¿Sí?

—Le dije a Anne que le preparara su baño de burbujas favorito, así que en el baño de su habitación ya tiene la ducha preparada para que se relaje antes de la cena.

—Bien, perfecto —respondió con su característico tono frío, hasta que recordó algo, al parecer—, gracias.

Y tras decir aquello no dudó en subir las escaleras directo a las habitaciones.

—Yo prepararé el suyo en lo que habla con su padre, su alteza

—Está bien, gracias Joseth, iré a hablar con papá.

Peter se dirigió hacia el despacho de su padre con tranquilidad se sentía algo cansado pero muy conforme con lo bien que había resultado el día de hoy con Bella, esperando a que poco a poco se vaya adaptando, mínimamente hasta que se vaya de nuevo a su reino, esperaba formar una bonita amistad con la chica para que cuando a ellos les tocase reinar pudiesen vivir en paz y armonía para que se terminen las disputas entre ambos reinos.

Tocó dos veces la puerta del despacho de su padre y al escuchar el visto bueno para que ingresara a este abrió la puerta entrando con tranquilidad, haciendo una reverencia hacia el mayor al estar dentro.

—¡Peter! Que bueno que han vuelto, por un momento creí que la princesa Bella te raptaría y pediría un recate por ti —bromeó soltando una risotada, sin embargo, Peter no hizo ninguna mueca de diversión o algo por el estilo, solo se quedó serio sin mostrar alguna señal de que ese comentario no le había hecho gracia alguna.

Probar el paraísoWhere stories live. Discover now