Capitulo IX

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_❝Al final, no estamos tan lejos uno del otro, los dos vemos la misma luna, ¿No es cierto?❞_

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_❝Al final, no estamos tan lejos uno del otro, los dos vemos la misma luna, ¿No es cierto?❞_

☯️

Cyrene fijo su mirada en el libro de hechizos que su madre le había obsequiado, intentando concentrarse mientras caminaba por los jardines de su templo.

-Ojo Turco, agua persa, rosas azules....-

Analizaba aquel parrafo dificultosamente.

-Rosas azules....-

Las palabras de su madre resonaban en su mente.

-¡Oh, Vamos!¡Ni siquiera hacemos una buena pareja!-

Dijo sentándose en la banca de su jardín.

A su lado, se encontraba un gran arbusto, lleno de rosas azules.

-Oh, maldición-

Dijo dejando el libro a su lado.

-Eros, te detesto-

Dijo cruzándose de brazos.

De repente, una fuerte brisa azotó el jardín, haciendo que Cyrene cerrase los ojos.

-Bien sabes que no es mi culpa-

Dijo una dulce voz varonil.

Eros, el hijo de Afrodita.

Se sentó al lado de la hija de Hecate.

Esta bufó en un capricho.

-Cyrene, amiga mía, yo solo lanzó la flecha, es tu decisión enamorarte-

-Lo se-

Dijo mirando al suelo.

-Además, lo que dijo tu madre es cierto, hacen una linda pareja-

Ella golpeó su muslo, chistando, haciendo reír al ser alado.

-Yo no sé que me está pasando, Eros. Eh sido creada como una pieza unica, perfecta. Sé todos los secretos del universo, la luna y el sol cuelgan de mis manos, pero, cuando estoy con el...-

Comenzó a jugar con sus dedos

-Mi corazón late rapido, y siento arder mis mejillas....-

Eros sonrió complacido.

-Estas enamorada...-

Dijo juguetón, Cyrene lo miró sorprendida.

-¡Como puedes decir tal cosa!-

-¿Qué tiene de malo?-

La peliazabache miró a los rosas azules.

-Yo sé todo, el pasado, el presente, el futuro. Pero en mi conocimiento, el "enamorarse" no existe-

El hijo de Ares se acomodó en la banca, cruzado de piernas y tomando una de las tazas de té de la mesilla blanca del jardín.

-Debes estar abierta a cosas nuevas, a Hermes, por ejemplo, además, falta poco para septiembre, El Fuego de Primavera se aproxima, tal vez él te invite para ser su acompañante-

La hija de Hecate se sonrojó con tan solo pensarlo, el bailar con Hermes era algo que aceleraba a su corazón.

-¡Lo sabía, te sonrojaste!-

Cyrene lo miro furiosa y avergonzada.

-¡No mientas!-

Le grito, golpeando su espalda.

-¡Oye, no!¡Por si no te diste cuenta, tengo alas, soy sensible!-

Dijo levantándose del asiento, para correr y ser perseguido por la diosa.

-¡No, Cyrene, Déjame!-

-¡Jamás!-

Ambos reían mientras corrían por el jardín, como cuando eran niños.

Pero, desde lejos, había alguien que los estaba observando de forma invisible..

Hermes.

Un sonrojado, enamorado y muy confundido, Hermes.

𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐨𝐨𝐧 𝐚𝐧𝐝 𝐓𝐡𝐞 𝐑𝐢𝐯𝐞𝐫 ||𝐻𝑒𝑟𝑚𝑒𝑠 𝐵𝑙𝑜𝑜𝑑 𝑜𝑓 𝑍𝑒𝑢𝑠Where stories live. Discover now