Eddie - El trono del rey

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Era noche de Hellfire, Eddie, mi mejor amigo, como cada vez que tenían alguna final importante, me pedía que fueses a verlos para animarlos.

Nunca me negaba, adoraba ver al rey sentado en su trono, eso me mojaba por completo, aunque Eddie nunca iba a saberlo, o eso pensaba yo.

Había estado ayudando a Robin a cambiar por completo su cuarto y estaba exhausta, pero aun así llegué a tiempo al club.

- Pensaba que nuestra princesa ya nos había abandonado. -me saludó Eddie con un beso en la frente.

- Nuestro amuleto de la suerte llegó, empecemos, Eddie. -saltó Dustin dándome un abrazo y sentándose en su silla.

Yo solía sentarme en un pequeño sillón a la derecha de Eddie, desde donde podía ver todo el juego, así que me acurruqué allí y intenté aguantar mis ganas de dormirme ahí mismo.

Después de mil tiradas y muchos gritos, los chicos ganaron la partida y decidieron ir al sótano de Mike para celebrarlo. Eddie les dijo a los chicos que fuesen para allá, que primero iba a dejarme a mi en casa porque estaba muy cansada.

- Recojo esto y nos vamos princesa. -dijo Eddie dándome la espalda mientras recogía el juego.

Dejé de escuchar lo que decía, mis ojos se cerraron y mi cuerpo cayó en el mismo sillón, quedándome completamente dormida.

NARRA EDDIE

Cuando me di cuenta ella no estaba escuchándome, me giré y la vi, con esa maldita falda corta que llevaba toda arrugada, dejando ver un pequeño tanga blanco con una gran mancha de humedad en el centro. ¿Estaba tan húmeda por haber visto el juego?

Mis pantalones empezaron a doler, joder.

Me acerqué a ella y me arrodille entre sus piernas, apartando el tanga a un lado con un dedo y enterrando mi cabeza suavemente en ella. 

Si yo era el culpable de esa humedad, pensaba encargarme de ello.

NARRAS TÚ

Abrí los ojos al sentir algo entre mis piernas algo alterada, pero al ver a Eddie arrodillado ante mí, solo fui capaz de soltar un gemido.

- Eddie..

- Si quieres que pare, solo dilo princesa, si no quieres pienso sentarte en ese trono y encargarme de eso hasta que no puedas más.

Solo pude gemir en respuesta, a lo que Eddie me levantó del sillón y me sentó en su trono, bajando mi tanga y quitando mi falda.

Dos de sus dedos recorrieron mi entrada y yo me estremecí, dios santo. Entraron sin previo aviso, y su lengua se encargó de mi clítoris, haciendo círculos con ella, volviéndome completamente loca.

Bombeaba sus dedos dentro de mí a un ritmo delicioso, no iba a aguantar mucho más y Eddie lo sabía, el podía notar como mis paredes se aferraban más a él, hasta que exploté y el me limpió entera con su lengua.

Se separó con los labios húmedos y rojos, mirándome arrodillado ante su propio trono, entre mis piernas abiertas.

- Mi reina, eres deliciosa.

- Te necesito Eddie.. - lo quería dentro de mí.

Eddie no necesitó mucho más que eso, me levantó otra vez y me tumbó sobre la mesa abriéndome como un maldito manjar solo para el.

- Voy a follarte tan fuerte princesa, llevo años queriendo hacer esto, y tu al parecer siempre estabas así de húmeda para mi, y yo desperdiciándolo.

Me aferré a su cadera con mis piernas, apretándolo contra mi entrada a lo que él gruñó y terminó metiéndola de una sola vez, causándome un grito.

- Eres muy grande Eddie.. Yo.. -no pude terminar la frase porque mis gemidos eran lo único que era capaz de soltar.

Eddie se movía contra mi con una fuerza descomunal, iba a matarme pero no me importaba, su polla llegaba a sitios que me hacían gritar de placer.

Me movió girándome para quedar con mi estómago contra la mesa, dándole mi culo en bandeja.

Volvió a entrar en mi, esta vez con una que otra nalgada acompañando el ritmo de sus embestidas, yo solo gemía y el gruñía en respuesta.

- Voy a correrme princesa, córrete para mi. -su mano me agarró el pelo en una coleta improvisada, tirando mi cuello hacia atrás.

Mis paredes empezaron a apretarse contra él y explotó en mi interior, causando que yo lo siguiera con mi propio orgasmo, notando los fluidos de Eddie goteando por todos mis muslos.

- Eres increíble, mi rey. - me reí mientras intentaba coger mi ropa interior y mi falda.

- Te llevaré a casa hoy princesa, sé que estás cansada, pero mañana voy a ir a recogerte y pienso encargarme otra vez de ti.


One shots - Eddie Munson / Steve HarringtonTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang