El asiento cero de Totsuki (OC x Erina)

Capítulo VIII

En la habitación privada de Nakiri Erina, la rubia se encontraba recostada boca abajo en su cama mientras leía un manga shoujo, donde la protagonista era invitada por un chico a llevarla a casa. Junto a ella, yo, Ryu descansaba tranquilamente mientras bebía té. Es un hábito que tengo desde que tengo memoria.

Además… eso evitará que intenté ver debajo de la falda de Erina, que actualmente está algo al descubierto sin que ella se diera cuenta.

¿Acaso no sabe que soy un joven sano que está usando todo su control para no verla de otra forma?

“Solo han pasado unos pocos meses desde que se conocieron, ¿y van a ir a casa juntos?”. Escuché a Erina preguntarse a sí misma mientras su voz empezaba a temblar de vergüenza y sus mejillas se ponían rojas. “Tal vez después de esto… ¡ellos se… to-tomarán de las manos! Eso es… ¡t-tan desvergonzado…!”.

Tu abuelo nos avergüenza todos los días con la idea de ser una pareja romántica, y… ¿tomarse de las manos es desvergonzado?. Pensé para mí mismo.

No sé cómo lo logró Erina, pero convenció a su abuelo de volver la decoración de la mansión a la normalidad. Y eso me alivia. No quería venir y ver como mi cara y la de ella estaban en las paredes y en el techo.

“¡¿AH?! ¡No tengo el próximo volumen! No puede ser… ¡estaba en una gran parte! ¡¿Cómo irá el amor de Sachiko?! ¡La historia principal terminó en un lugar donde realmente te preguntas que pasará, solo porque esa historia extra estaba al final!”. Dijo desesperada para luego llamar a alguien en voz alta. “Hisako, ¿dónde está el próximo?”. No hubo respuesta. “¿Hisako?”

“¿Te olvidaste que ella se tomó un tiempo fuera de la academia?”. Pregunté mientras me levantaba de mi asiento, tomaba el siguiente volumen de su escondite y se lo entregaba a Erina.

“Ah sí. Lo había olvidado”. Dijo con tristeza.

“Oye. Ella volverá, ¿no es así? Entonces solo hay que darle su espacio… ella superará su derrota y volverá a tu lado”. Le di una sonrisa tranquilizadora mientras ponía una mano en su hombro. “Confía en mí, ¿si?”.

Eso parecía tranquilizar a Erina, quien apoyó su mejilla en mi mano con una tierna sonrisa. “Sí. Gracias”.

Maldición, que linda. Desvié la mirada a otro lado que no sea su rostro.

Ella nunca actúa así en público, solo lo hace conmigo. Me hace sentir que soy especial para ella.

“¿Por qué no dejas la Estrella Polar y vives aquí?”. Su pregunta me hizo que la volviera a ver, pero con sorpresa. “D-digo, así no tendrías que venir todos los días desde tan lejos”.

“Jajaja”. Me reí ligeramente cuando noté sus mejillas rojas. “No creo. Me gusta vivir en la Estrella Polar, son muy amigables. Además… ya me imagino lo que hará tu abuelo si le pido que me deje vivir aquí”.

“Ah”. Erina ya tenía una idea de lo que pasaría. “Nuestro abuelo nos obligaría a compartir la habitación”.

“Probablemente lo remodele para hacerlo más… 'romántico'”. Dije entre comillas. “Me asusta de solo pensarlo”.

“Sí, yo también”. Dijo dándome la razón. “Nunca hablemos de eso frente al abuelo”.

De repente escuchamos la puerta abrirse, y volteamos la mirada para ver a Senzaemon entrar con una sonrisa amenazadora en su rostro.

“¡¿Alguien dijo vivir juntos?!”.

Tanto Erina como yo nos estremecimos de miedo.

Maldigo al abuelo y su buen oído.