Magic Island ☪ The Last Moonstone

| Epílogo |

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La gente gritaba, corría por sobrevivir al desastre natural y los cristales de las piedras rúnicas se colaban en medio del desastre.
Pará buena fortuna, las personas no se fijaban en ellos, por lo que no corrían peligro de ser robados.

Excepto por un chico.

Iba caminando apenas, pues anteriormente se había lesionado gravemente una de sus piernas, por lo que casi se arrastraba para buscar un lugar seguro, él quedó en medio de unos escombros que lo habían mantenido preso hasta que dos hombres llegaron a sacarlo que ahí, el chico pelinegro aceptó la ayuda para salir de esa prisión.

Cuando lo sacaron el joven noto un llamativo anillo con un rubí en el dedo anular de uno de los hombres que lo ayudaron con una rápida maniobra, se lo logró quitar sin que se diera cuenta al momento que lo ayudó a ponerse de pie, pues él tenía experiencia robando desde más joven. Huyó cómo pudo de ahí a buscar refugio y en el camino se colocó el anillo en su dedo medio para no perderlo.

El nivel del mar aumentaba con brutalidad y las olas chocaban en las ciudades, este chico se refugió en una casa abandonada luego de que los temblores cesaran. Buscó allí algo con que curar su herida, su pierna estaba completamente ensangrentada, al igual que su ropa y rostro debido a los golpes que había sufrido cuando quedó atorado entre las rocas de un edificio caído.

Encontró un botiquín con alcohol médico y vendas, se sentó en el suelo para enrollarse el pantalón y tratar la herida, para su sorpresa... La herida ya no estaba, había sanado completamente y su pierna no dolía. Escuchó unos ruidos fuertes proveniente de las afueras, se asomó por una de las ventanas de la casa donde se encontraba y pudo notar como los dragones volaban mientras se oía un canto tan hermoso para cualquier oído y el cielo que antes estaba pintado como una hermosa galaxia poco a poco se fue desvaneciendo junto con las demás criatura, las personas de afuera cayeron desmayada al escuchar la melodía... Excepto él.

A los minutos salió de la casa y notó como todos actuaban como si solo hubiera sido un desastre natural cualquiera, ¿a caso nadie había notado las gigantescas criaturas voladoras de hace rato o él alucinó? Se le acercó a una mujer que camina a cerca de él.

— Oiga, ¿qué acaba de pasar? — preguntó.

— Solamente fue un terremoto hijo, deberías ir a buscar a tus padres. — dijo la mujer con amabilidad.

— ¿"Solo un terremoto"? ¿No vio a dragones, sirenas, brujas...?— cuestionó, la mujer lo quedó viendo raro.

— Debiste golpearte la cabeza, niño, esas cosas son solo cuentos; obviamente no existen. — eso lo desconcertó aún más. — Solo fue uno de muchos desastres naturales. Ve a buscar a tu familia.

El muchacho salió corriendo sin ninguna dirección, simplemente corrió. No entendía que estaba pasando, ¿por qué solo él recuerda esas cosas? ¿Se habrá golpeado la cabeza? Se detuvo en un parque cercano a recuperar el aliento, fue ahí cuando se percató que su anillo estaba brillando, acercó la mano que lo tenía puesto y, aunque él no se dio cuenta, sus ojos se tornaron rojos por unos segundos, un rojo tan profundo y oscuro como el de la sangre.

— ¿Qué cosa eres? — se preguntó a sí mismo.

La lluvia comenzó a caer del cielo oscuro de la madrugada, corrió hasta su casa a buscar a su padre, el joven tenía la sensación que no debía darle el anillo, era hora de conservar alguna cosa que él robaba.
En el camino pensaba sobre lo sucedido, como se había curado "mágicamente", como él era el único que recordaba lo que realmente pasó.

Tal vez ahora no lo sabía, pero él, Félix Deadmon, descubriría próximamente el legado al cual pertenecía.

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Magic Island : The Vampiric Ruby

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