XI

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Una vez Steve logró localizar a las chicas entre la multitud, se acercó a ellas, las cuales seguían en silencio.

-Oye Robin, nos vamos ya a casa. ¿Te llevo a la tuya?

-Sí, claro- respondió esta nerviosa, aunque en verdad no se quisiera ir-. Vámonos.

Y así, la rubia y su amigo desaparecieron entre la multitud sin ni siquiera despedirse de Alice. Esta supuso que fue por los nervios de su amiga y decidió no darle importancia.

Miró a Nancy, la cual hablaba con Will en una esquina. Se acercó a ella para preguntarle si necesitaban transporte a casa.

Mientras tanto, en el coche de Steve se escuchaba un gran sermón.

-Siempre nos interrumpes Steve, de verdad. Qué inoportuno eres- le echaba en cara Robin.

-¡Ni que lo hiciese a propósito!- se defendía este-. Igualmente, ¿habéis hablado sobre...? Ya sabes.

-Algo así. Se ha disculpado por lo que dijo ayer y hemos mencionado lo de que nos conocíamos de antes.

-Oh, ¿nada más?

-Iba a preguntarle sobre sus sentimientos antes de que tú... En fin- terminó Robin.

[...]

Al día siguiente Steve llamó a Alice avisando de que no iría a trabajar, ya que, según él, le dolía mucho la cabeza.
Sin embargo, ocupó el día en otra cosa.

-Por favor chicos, tenéis que ayudarme- le pidió a la pareja-. De verdad se gustan.

-Vale, entonces... Tienes un amigo al que le gusta tu prima...- recapituló Jonathan-. ¿Y quieres que te ayudemos a preparar un escenario donde se pueda declarar?

-¡Sí! Exactamente- afirmó Steve, alegre de que se creyese su mentira-. Eres más listo de lo que creí Byers.

-Y... ¿Para cuándo sería?- interrogó esta vez Nancy.

-A ver, si pudiéramos terminar hoy sería lo ideal. Se van a ver mañana así que...

Tras convencer a la parejita de que debían hacerlo en nombre del amor, los tres amigos pasaron el día planeando una confesión.

[...]

Después de varias horas de trabajo para que todo saliera perfecto, el cielo empezó a oscurecerse, por lo que Jonathan decidió irse a casa.

-Tíos, tengo que ir a recoger a mi hermano- explicó poniéndose en pie-. Espero que todo salga bien al final. Ya nos contarás Harrington.

-Sí, muchas gracias por tu ayuda- se despidió Steve.

Una vez Nancy y él terminaron todo lo que habían preparado, se dirigieron a Family Video, donde la supuesta prima de Steve se encontraría con su amado.

Se suponía que a esas horas el establecimiento debía estar desierto, pero no era así, sino que Alice seguía fregando una dichosa mancha que había teñido el suelo de rojo.

Al ver a los chicos entrar, y encima tan cautelosos de no ser vistos, la castaña quedó muy extrañada, por lo que se acercó a preguntar qué ocurría.

-¿Qué hacéis aquí?- preguntó, haciendo que la pareja se asustara.

-Íbamos a la trastienda para...- empezó a responder Nancy, antes de que Steve la cortara.

-Vamos a... Ya sabes- dijo el hombre, sonando más estúpido de lo habitual.

-Ah. ¿Sabéis qué? No lo quiero saber- afirmó Alice entonces mientras soltaba la fregona-. Qué os lo paséis bien.

dear diary │ ᴿᵒᵇⁱⁿ ᴮᵘᶜᵏˡᵉʸDonde viven las historias. Descúbrelo ahora