Anillo de compromiso [DamiAnya]

Parte única

Hola lectorxs, solo vengo a ponerles como nota de autor que esta historia se desarrolla en un AU dónde Anya no tiene poderes para leer mentes y ella y Damián ya son adultos. El resto de las otras cosas se mantiene casi igual. Espero les guste :).

...

Hoy era un día sumamente especial para Damian Desmond, el joven de 24 años conocido por ser una de las entidades políticas con más influencia y poder en toda Ostania. El chico se encontraba bastante agitado, incluso más que en todas esas reuniones y conferencias de su trabajo tan importantes que ha tenido con otras personalidades de su mismo o mayor estatus y nivel.

El castaño llegó en su lujoso auto negro a una de las zonas más exclusivas de la ciudad, la cual era una avenida inundada de tiendas que vendían todo tipo de objetos para bodas, como los atuendos de los novios, la decoración, renta de terrazas y haciendas de ilustre arquitectura para las ceremonias, entre otras cosas, teniendo cada una de ellas unos precios completamente inaccesibles para el la clase trabajadora.

—Hemos llegado, joven Desmond. Las joyerías se encuentran a dos cuadras de aquí, caminando hacia la izquierda. Le deseo mucha suerte encontrando la pieza correcta para su pareja. -le dijo su chofer al chico, mirándolo a través del retrovisor.

—Muchas gracias. Si no estoy aquí a las 6 para que me recojas, te llamaré. -dijo con seriedad el chico.

El empleado se retiró. Damian, con una mirada llena de determinación, empezó a buscar tienda por tienda y ver anillo por anillo al posible y digno candidato que atravesaría el fino dedo anular de su querida Anya Forger.

Cada local que pisaba poseía piezas únicas, de una belleza inigualable y claro, eran de costos que ni en sueños una persona promedio podría a lograr costearse. No obstante, nada de eso lograba convencer al ojiámbar de adquirir el anillo de compromiso ideal. Incluso algunos vendedores, sorprendidos y emocionados de que el mismísimo Damian Desmond fuera a consumirlo algo de su negocio, los alentaba a convencerlo, o incluso casi rogarle al chico que les comprara algo pues eso les daría una mejor reputación, prestigio y hasta una especie de publicidad gratuita para atraer más clientes y obtener más ganancias.

—¡Este es el más caro que tengo, señor!  -decia el empleado de la joyería, algo desesperado porque ya le había mostrado casi todo lo que ofrecía su catálogo. Esa era la séptima tienda que visitaba Desmond. —Estoy más que seguro que su novia va a quedar enamorada de él, ¡no se arrepentirá!

Y no era mentira, el anillo de plata presumía una esplendorosa es esmeralda de forma ovalada. Damian no negaba que era un objeto hermoso, incluso el color del mineral le recordaba a esos enormes y brillantes orbes que lograban hechizar la razón y sentidos del muchacho sin piedad.

Después de darle una rigurosa supervisión, Damián tomó una decisión.

—Me llevaré este. -dijo con una sonrisa ladina. —Esta joya es la indicada para decorar las bellas y suaves manos de mi preciosa Anya.  -pensaba en sus adentros, ocultando con su seria y fría expresión a su lado más tontamente enamorado.

Salió con una sensación triunfante del local. Miró su reloj, que marcaba las 9 de la noche. Realmente se habia pasado casi todo el día buscando el anillo, pero eso no le importaba, no iba a conformarse con cualquier cosa para Anya, para eso no había límite ni excusas.

Buscó un teléfono público, pero antes de llegar a uno que se situaba en una esquina, un tipo de la nada lo atrapó por detrás y le tapó la boca.

—¡Dame todo lo que tengas!

Damian gritaba exigiendo que lo liberara, pero el ladrón no le hac

ia caso. Este le revisó todos sus bolsillos y le quitó todas sus pertenencias, incluso ese anillo que tanto le había costado encontrar.