Otra vez estaba solo
No, daba igual si estaba acompañada realmente, siempre se sentía sola.
Y ahora que nadie estaba con él comenzó a destruirse más, a destruir aquella casa en la cual estúpidamente hizo tantos planes, soñó con tantas cosas.
Tan tonto.
Vidrios rompiéndose y cosas cayendo se escuchaba mientras su historia tan triste y verdadera pasaba ante sus ojos.
El dolor se reflejaba en su mirada, el dolor eliminaba el calor de su cuerpo, el color de sus mejillas.
¿Y Jungkook?
Ja, seguro estaba feliz con Taehyung.
Ahora que rememoraba el pasado, no era tan sorprendente el hecho de que fuera él quien lo decepcionara, quien la pintara de un color tan triste como lo era el azul.
¿Pero de verdad tuvo que ser él? ¿Por qué no puedo ser alguien más? ¿Por qué su corazón tuvo que ser destrozado por la persona a quien más amó?
Y como le hervía la sangre al imaginar a Jungkook sonriendo feliz junto con ese chico, de la mano, dándose besos, abrazándose, haciendo todo lo que ellos habían hecho millones de veces.
— Maldito sea ese tal Taehyung
Un jarrón se rompió contra el piso.
— Maldito seas, Jeon Jungkook.
Flores se regaron en el suelo, sintiendo como el agua pasaba de mojar sus tallos a empapar hasta sus pétalos.
Ni siquiera una risa o una sonrisa pudieron salir de él.
Simplemente nada.
Muerto.
No había vuelta atrás.
Jungkook por fin estaba muerto, ya había desaparecido.
– Mi amor también se ha ido.
Y se puso a tararear una melodía desconocida, paseando por el maltratado lugar, empujando con sus pies todo objeto que se encontrase a su paso, acompañando el instrumental improvisado con la repetición de la frase que se venía diciendo desde el primer día en que su mundo de colores había sido manchado por un azul oscuro.
Todo mi amor ha desaparecido.
Bailó como si nada hubiera pasado, como si minutos atrás no hubiera prácticamente destruido cada cosa que le recordara a Jungkook.
Al final, al llegar a la puerta, al tomar su celular, pudo sonreír un poco.
Una pequeña mueca decorando su semblante inexpresivo..
–Ahora has muerto y has desaparecido.
Y se fue, cerrando la puerta, finalizando así su historia.
