El comienzo de todo.

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Me dirigía al aeropuerto, emocionada por el nuevo cambio que dará mi vida, pero también aterrada por lo lejos de casa que voy a estar. Revisé mis maletas, no me he olvidado de ninguna. Le doy las gracias al conductor de taxi que me ha traído hasta aquí y arrastro las maletas hasta la terminal.

Cojo mi teléfono móvil y marco un número de teléfono.

- Hola Harry! Estoy en el aeropuerto, la cola para hacer el "check in" es demasiado larga.

- Antes de nada, llamame Harriet o querida hermana, te quedarás tirada en la calle. - Resopla la dulce voz en la otra línea de la llamada.

- Harriet, muchas gracias! No sé que sería de mi si tu no estuvieras aquí...

- Para de ponerte sentimental Tara, súbete a ese avión y llega cuanto antes aquí, te echo de menos!

- Madre mía! - exclamo - Harriet Fae acaba de admitir que me echa de menos?

- He tenido un momento de debilidad, olvídalo, odio tener que hacer espacio para ti en mi piso, ojalá te quedes atascada en el aeropuerto. Chau! - Y ella acabó la llamada.


Registré mi equipaje y esperé un rato en las sillas de espera de la puerta de embarque, las puertas finalmente se abrieron y me senté en el asiento del avión destino a Niza, aunque ese no era mi destino final, mi destino real es Monte Carlo, Mónaco es a donde me dirijo.

Permítanme presentarme, soy Tara Fae, hija de Lillian y Albert Fae, dos emprendedores muy exitosos y la hermana mayor de Harriet Fae, una nueva chef muy prometedora. Ella ha estado viviendo en Mónaco durante dos años, trabajando con los chefs de Le Louis XV Alain Ducasse.

Contrariamente a estas personas exitosas, yo, no tengo nada. A mi edad de 24 años, tengo dos ideas de negocio fallidas y recientemente me han despedido de mi trabajo como Consultora de Recursos Humanos. Realmente no disfruté serlo, cuando mi jefe me llamó. Al entregar mi renuncia pensé que lloraría, pero en cambio dejé escapar un suspiro, de alivio!

Pero eso supuso para mis padres un gran estrés. No podía permitirme alquilar mi propio apartamento así que me dediqué a vivir en su casa, surfeando en el sofá durante horas y mirando carreras los fines de semana.

Mi madre, estaba cansada de verme holgazanear todo el día y me amenazó con echarme si no podía encontrar un trabajo, ella no me estaba dando más fondos para iniciar otro negocio y ver cómo se estrella y se quema, eso no podía volver a pasar, me repetía todos los días.

Lo que yo no esperaba era que ella lo estuviera diciendo en serio, pero así fue como llamó a mi hermana y arregló algunos temas para que yo pudiera ir a vivir con ella, averiguar lo que quiero hacer y luego crear un plan de acción, como ella lo llamaba. Y así fue como mi madre terminó echándome de casa para empezar una nueva vida, y asentar cabeza, que según mi madre, iba siendo hora, no sé a qué se refiere con eso cada vez que lo dice.

¡Aquí estaba! De camino a mi hermana, sin tener ni idea de hacia dónde se dirigía esto. Toda yo estaba emocionada por el hecho de que el Gran Premio de Mónaco estaba a una semana de distancia, y probablemente podría verlo desde el balcón de su apartamento.

Después de que Dios sabe cuántas horas de estar sentada en un avión, ¡estoy aquí! En el aeropuerto de Niza, a la espera de ser recogida por Harriet.

Caminó hacia mí con una gran sonrisa en su rostro, ¡se veía hermosa! El sol de Mónaco la había hecho bien, tan alta y morena que parece una supermodelo.

- ¡Harryyyyyyy! - Corrí hacia ella para darle un abrazo.

- ¡No ew! ¡No me toques! ¡Tienes suciedad de avión sobre ti! - Ella extendió sus manos para bloquearme. Que chica más rara.

Seeing Red - Charles LeclercWhere stories live. Discover now