Capítulo 6

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Volterra

- Jane, querida, puedes empezar... ¿Jane?

Una batalla silenciosa empieza dentro de la mente de aquella vampiresa, por un lado, está su conciencia quien le pide a gritos que no le haga daño a su hermano de alma y con ello a la pareja de este, su única amiga y, por igual, hermana de alma; por el otro lado, se encuentra la voluntad de su maestro que le ordena ignorar sus lazos y obedecer.

- ¿Qué estás esperando? – la voz de Aro resuena en sus oídos. - Mientras más rápido mejor, ¿no lo crees, Demetri? - Su sádica sonrisa hace sobresaltarse al nombrado quien se encuentra de rodillas frente a los reyes.

- Maestro... - Aro no se inmuta, sino espera el cumplimiento de su orden. Demetri da un último vistazo a su verdugo quien, ante su asentimiento, empieza el castigo.

Un dolor abrasador se apodera de él, quien ignora su propio dolor para culparse por el dolor que su pareja comparte por él.

- Es suficiente. - Habla el hermano mayor después de un tiempo.

Jane se detiene después del consentimiento de Aro y así mirar a su víctima realizando un casi imperceptible gesto de disculpa y pena.

- Si, es suficiente. Espero que comprendas, querido Demetri, las consecuencias de tus desaciertos. - Aro extiende su mano hacia el vampiro mencionado, que se halla recobrándose por lo anterior, y este corresponde al gesto "amable" de su maestro, Aro, aprovechando el contacto descubrió los últimos pensamientos de su subordinado.

- Gracias, maestros.- Pudo completar la pequeña frase sin demostrar lo afligido que estaba.

- ¡Impresionante! Aún en medio del dolor sólo piensas en nuestra querida Annabeth. - Su sonrisa podría tocar ambas orejas si así quisiera.

Ante la sola mención de su nombre, el nombre de la mujer a quien se le atribuyen sus esperanzas, sueños, deseos y pasiones, su pecho no hizo más que contraerse y causar un dolor mayor que el de su reciente castigo.

- ¿Ella debió de sentirlo también, no hermano? - Preguntó el rey más joven, Caius, con malicia.

Aro sonrió aún más al todavía percibir los pensamientos de Demetri con su tacto.

>> No creo que el don de Jane como castigo sea lo suficiente como para calmar nuestra ira. – comenta. - ¿Qué tal si...?

Aro se volvió a su hermano quien, aún sin ejercer su don, parecía captar lo que este planeaba y no podría estar más de acuerdo.

- Querido Demetri, queda poco menos de dos años para el término del trato, ¿no es así? - Miró al rastreador quien se tensó por sus palabras haciendo más grande la sonrisa del rey.

>> ¿No les molestará no verse...por un tiempo?

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Un juego familiar en un día de tormenta, la felicidad y armonía se veía alrededor.

El ambiente familiar se vio interrumpido por el grito de la vidente. Aparecieron tres nómadas, uno de ellos era bien conocido, Laurent, todos se veían tensos, incluso ella, además algo frustrada. Se unirían al juego, poco a poco la atmosfera volvía a su estado original. De repente, ambos grupos se mostraban sus colmillos, aquellos nómadas se retiraron, el clan Cullen se apresuraba alterado, ella recorría el campo con la mirada hasta que esta quedó fija en la mujer junto a su hermano... Una humana.

Eso no podría ser, nunca lo permitirían, saben las consecuencias.

Allí se encontraba Demetri en su habitación tratando de aclarar la visión que tuvo de su esposa y familia.

Su mirada en el piso, sentado en la cama de su habitación con un pañuelo de ella entre las manos. Unos golpes en la puerta lo trajeron de vuelta al presente.

- ¿Joven Demetri? - El rey Marcus atravesó la puerta cerrándola tras él.

Observó la prenda en sus manos.

>> ¿Cómo está ella? - Llegó a una distancia considerable.

Demetri volvió su mirada al suelo, no sabía qué responder, aquella humana volvía a su mente.

- Está bien

- Angustiada, ¿Quizás? - preguntó lentamente. - Es evidente, ¿Ha recibido alguna carta de ella?

- No...- Su voz denotaba su desespero luchando por mantener la compostura. Todo era su culpa.

>> ¿Podría verla, tan sólo una vez antes del confinamiento? - Pregunta el rastreador esperanzado a que sus deseos sean escuchados.

- No creo que sea posible. - Respondió sin dudarlo.

- No es justo para ella... ¡ni siquiera fue mi culpa que esto haya sucedido! - Tomaba su cabello con desesperación.

>> No...- Su voz se entrecortaba. - No es... justo...

Como si de un niño pequeño se tratara, Marcus estiró su mano hasta tocar la cabeza del vampiro en desesperación, como gesto de consuelo que empezaba a funcionar poco a poco.

- Joven Demetri. - El mencionado levanto su mirada. - Termine su trabajo. - Sin más, se retiró.

Demetri comprendió el significado de sus palabras.

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Forks

Después del ataque de James, los Cullen e Isabella pudieron relajarse un poco, o al menos la mayoría.

Padre e hija estaban angustiados por su futuro integrante oficial. Tras una larga discusión, concluyeron que esperarían por buenas noticias de parte de él. Annabeth le había enviado recientemente una carta a Demetri explicándole a grandes rasgos las novedades del clan, prometiéndole que una vez teniendo la oportunidad le explicaría con lujo de detalles lo que sucedía.

La primer hija Cullen no pudo evitar que Jasper notara las emociones de ella y su padre, le preocupaba más no decía nada, con una mirada y sonrisa de sincera tranquilidad le prometió que todo estaría bien.

Beth se encontraba de camino a la casa Swan, había compartido algunas palabras con la hija del Sheriff, sin embargo, esta plática tomaría relevancia en el futuro y si Isabella y Edward deseaban estar juntos, la joven Swan debía entender algunos asuntos y Annabeth se los haría saber. 

Confía en mí [Demetri Vulturi] (COMPLETO)Where stories live. Discover now