Podemos hacer que funcione

11.3K 1K 37
                                    

Freen.

Estoy jodida.

Es lo que pienso mientras escucho los gritos de mi padre.

–¡Esto es el colmo! –expresa molesto– ¡Ya no sé qué hacer contigo Freen!

–Amor, cálmate –mi madre le toca sutilmente el hombro, para tratar de calmarlo.

–¡¿Qué me calme?! –su rostro comienza a ponerse rojo– ¡Acaban de demandar a nuestra hija por hacer otra de sus estupideces!

–Papá, no es para tanto...

–¡¿No es para tanto?! –creo que no puede estar más enojado que ahora– ¡Como si golpear al hijo de uno de los hombres más ricos de Tailandia no fuera para tanto! ¡Estás incontrolable!

–Él lo merecía papá...

–¿Tú crees que me importa si lo merecía o no? –se acerca lentamente hacia mi–. ¿Acaso sabes la cantidad de dinero que tendré que pagarle a sus padres para que quiten la demanda?

–No por nada eres rico... ¿no?

–¡Soy rico porque me lo he ganado! ¡El dinero que tendré que dar, me lo he ganado con el sudor de mi frente! ¡Pero eso a ti no te importa en lo absoluto, tu solo vas por ahí causando desastres como si tuvieras la vida resuelta! –trata de calmarse–. Pero se acabó.

–¿De qué hablas?... –pregunto confundida.

–Te irás conmigo a Europa –me mira serio–. Y esta vez es definitivo. Ya veremos si tenerte vigilada 24/7 logra calmarte.

–No –digo enseguida.

–No te estoy preguntando.

Miro a mi madre en busca de ayuda, pero ella aparta la mirada.

–Iremos a Europa, terminarás tus estudios y luego harás con tu vida lo que te plazca. Pero antes de que eso ocurra, tendrás que vivir bajo nuestro techo, con nuestras reglas. Ya no eres una niña Freen –me mira serio–. Debes comenzar a comportarte.

–Papá no me puedes hacer esto –necesito encontrar la forma de quedarme acá–. Me prometiste que me dejarías acabar mis estudios aquí, en Tailandia.

Me mira y noto la decepción en sus ojos.

–Y tú me prometiste que ya no harías estupideces. Pero aquí estamos, otra vez –suspira cansado–. No ha pasado ni un mes desde que volviste y ya causaste otro problema.

–Papá...

–La última vez robaste un auto y ahora golpeaste a un chico –he visto la decepción en los ojos de mi padre en diferentes momentos de mi vida. Pero esta vez noto algo diferente, es como si ya hubiese pasado el límite– ¿Qué es lo que sucede contigo?

–Amor, ya es suficiente –mi madre habla. Lo hace porque sabe que mi padre no acabará de llamarme la atención hasta cansarse.

–Jamás te ha faltado nada, Freen. Te he dado todo, incluso he tratado de ser un buen padre. Viajando desde Europa para llegar a tiempo a tus cumpleaños, a tus recitales en la escuela. He tratado de ser un padre presente apresar de todo... –se ve cansado– Entonces dime, ¿qué es lo que me falta mejorar? ¿Qué estoy haciendo mal?

La verdad es que nada. Siempre ha sido un buen padre. Si, casi siempre estamos peleando, pero sé que si lo llegase a necesitar él estará para mí. Sé que si la cago tomará el primer avión y vendrá a mi rescate, como ahora y lo amo por eso... es solo que esta vez el maldito de Dew se lo merecía, y debo admitir que fue satisfactorio ver su expresión luego de romper su nariz.

Nuestro Secreto | FreenBeckyWhere stories live. Discover now