𝐋𝐚 𝐥𝐚𝐬𝐜𝐢𝐯𝐚 𝐢𝐧𝐯𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐃𝐮𝐪𝐮𝐞𝐬𝐚 [Todoroki]

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟒

NOCHE HÚMEDA

Por la noche, comenzaron a caer fuertes lluvias. Tn, que salió de la casa de Izuku, no quiso volver al Palacio Whine. Ella frunció el ceño cuando estaba a punto de subir al carruaje. A medida que la lluvia se hizo más fuerte, vio a Shoto bajarse del caballo.

Caminaba hacia Tn, que estaba pensando en subirse al carruaje.

– Vamos juntos –

– Si es por la lluvia... –

– Es por la lluvia –

Tn guardó silencio mientras intentaba decirle que tomara el carruaje de Hanta. A Hanta, quien estaba ebrio, se lo llevaba un sirviente. Tn subió al carruaje con la boca cerrada.

De inmediato, Shoto se subió al carruaje. Como su cuerpo era grande, el centro de gravedad se desplazó a un lado y el carruaje quedó inclinado. Ella agarró la manija de la puerta momentáneamente.

– No creo que sea lo suficientemente bueno como para que llegue al punto de inclinarse –

Dijo Shoto mientras cerraba la puerta. Lo dijo con un tono desafiante, pero Tn no respondió. Ella estaba mirando por la ventana donde no se veía nada debido a la oscuridad y la lluvia.

– En este caso, soy el ignorado... esta vez hemos cambiado de posición –

– No voy al palacio. Tengo una parada –

– ¿Hoy? –

– Fue lo suficientemente bueno como para hacerlo todos los días –

Tn se encogió de hombros descaradamente.

– ¿Estás avergonzada? ¿Hay algo por lo que debas avergonzarte? Estás tan tímida, que estás temblando –

– Lo haré con otras personas –

– Házmelo a mí también –

– Se lo hago a la persona que quiero. A alguien que luzca bien –

Ante la respuesta de Tn, Shoto guardó silencio. Tenía la boca tan seca y áspera como si hubiera tragado arena, dejando a sus labios ásperos.

– Puedes ver que luzco bien. No tienes corazón... –

– Yo nunca intente lucir bien desde el momento en que me di cuenta de que no tenía sentido intentarlo contigo, quien dijiste que no podías amarme porque en mi sangre fluye la sangre de Shigaraki –

– Sí, lo hiciste... Nunca viniste a mí primero –

– Tampoco me gusta la sangre que corre por mi cuerpo. Me di por vencida porque entendí completamente lo que pensabas. ¿Sabes a qué me refiero? –

Tn miró a Shoto. Las emociones enterradas en su mirada seca eran confusas.

Shoto resopló. Parece que fue Tn, no él, quien golpeó la pared. Sentía amargura y su boca estaba torcida.

– Ahora que lo pienso, ¿Escuchaste sobre los rumores de que te vieron abrazando a alguien más? Pensé que lo habían inventado hasta que me pediste el divorcio –

– Pude hacerlo después del divorcio –

– ¿No pudiste detenerte entonces? –

Tn, que se sentó con las piernas cruzadas, frotándose los dedos de los pies, fue bastante provocativa. De repente, recordó el miembro de Shoto que vio ayer en el cuartel. Era grande. ¿Pero, estaba caído porque era impotente? Tenía dudas sobre eso.