Prólogo

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En un mundo donde los countrys son dioses, cada uno tiene un deber asignado por el divino destino, el más poderoso de todos, el líder indudable, su creador.

Desde el principio de los tiempos la humanidad ha encontrado explicación divina para todo, mucho antes de que la ciencia existiera, siempre le ponían nombre a los eventos que no entendían y los relacionaban con cristuras divinas llamadas "dioses" con la excusa de poder darle una explicación y una utilidad. Lo que no sabían los humanos es que su creatividad (por no decirle ignorancia) tenía poder, el único que poseían nuestros queridos seres primitivos...la fe; esta misma tomó forma, incitando al destino, el poder supremo en este universo, a crear con sus propias "manos" a dichosos dioses que la humanidad tanto fantaseaba.

Y así como lo dijo, se cumplió, cada territorio tomó una personificación y se le otorgó un poder diferente a cada uno de ellos para cumplir con su única responsabilidad; guiar a la humanidad hacia la evolución.

Aunque ya lo veía venir, algunas de sus creaciones se fueron en su contra, algunas castigadas, otras olvidadas. Había un dicho que decía "Cría cuervos y te sacarán los ojos", sin embargo, también existía aquella que decía "vive y deja vivir", y por supuesto, para un ser supremo cuya naturaleza era inexplicable, le faltaba un poco de entretenimiento, ¿y qué mejor que ver como sus "hijos" decidían tomar sus decisiones por su propia cuenta?, les dió independencia, libre albedrío, como un lector hambriento de libros, y los dejó ir a cada uno por su propio camino, con la única condición de no poner en peligro la existencia del mundo, ni del humano.

Lo que descuidó la entidad fue.... que a veces, las creaciones también pueden destruir.

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—¡Silencio todo el mundo!— Sentenció Zeus, o sea, Grecia.

Estaban reunidos todos en el famoso Partenom del Olimpo, una copia del templo griego más antiguo, pero hecho de nubes y únicamente para los dioses, parecía un estadio pero mil veces más grande.

Todos los presentes guardaron silencio ante la demandante voz del primer hijo.

—¿Por qué tanto alboroto?— Preguntó Afrodita, Francia.

—Llegó una nueva noticia que les hará caer la quijada a más de uno— Respondió con el semblante serio Poseidón, UK.

En el otro lado de las escaleras, estaban otros dos dioses tan similares pero tan diferentes.

—Deja de hacer eso— Le susurró el dios Inca, Perú, a su compañero casi hermano de al lado, irritado por el sonido que hacían las garras del contrario contra la mesa, que aunque fuera de nube, funcionaba perfectamente como una de madera gruesa.

—Es fácil decirlo, tú no tienes que encogerte para caber en tu lugar— Respondió de mala gana el dios Azteca, México, siseando con su lengua de reptil.

—No es mi culpa que midas diez veces tu tamaño— Insistió el peruano, calmado. —Sólo relájate y escucha lo que Grecia tiene que decir—

—Ese engreído se cree superior a todos nosotros — Intervino en la conversación un dios ajeno, no lo conocían...o al menos nunca habían hablado con él.

—Nadie te preguntó wey— Rodó los ojos, el egipcio solo pasó por alto su insulto y siguió conversando con palabras cortas y directas.

—Nosotros somos cientos de dioses en un solo cuerpo, mientras él sólo es uno. Él no debería estar en su puesto solo porque fue el primero.... debería ser alguien más, alguien que sea digno de reinar y de confiar...¿No les parece, hermanos míos?— Quedó en silencio apenas Grecia comenzó con su discurso anual, dejando pensativos a los dos latinos.

 𓁹𓆙𓃠°• 𝔐𝔶 𝔓𝔥𝔞𝔯𝔞𝔬𝔥•° 𓀿𓀐𓀡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora