Capítulo 49.

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- Sé perfectamente en dónde estás metida, y tienes exactamente dos horas para estar en mi casa. Y te quiero sola... deja a tu 'acompañante' en donde se te plazca, pero no vengas con ella. ¿Entendiste?

Me tensé al instante de escuchar su maldita voz. ¿Cómo demonios se había enterado de que yo estaba aquí? ¿Acaso el infeliz estaba siguiéndome o algo por el estilo?

- Mal nacido - musité.

- Y más te vale que me hagas caso, no querrás ver las consecuencias - dijo y colgó.

Apreté con fuerza el celular que estaba mi mano. Cerré los ojos y traté de estar calmada pero se me estaba haciendo imposible. Sentí una suave mano apoyarse en mi hombro, me giré a ver a Camila.

- ¿Qué sucede? - me preguntó preocupada. Solté un suspiro y acaricie su mejilla.

- Debemos irnos - dije y bajé mi mano para acariciar sus labios.

- ¿Por qué? - dijo confundida.

- No puedo explicártelo ahora, solo sé que debemos irnos, Camz - me acerqué a ella y la besé cortamente.

Volvimos los pasos hacia donde estaban mi madre y Ben. Ambos me miraron con cara de preocupación.

- Lo siento, mamá, pero tenemos que irnos - le dije. Ella se acercó a mí y me acarició el rostro.

- Tu padre, ¿verdad? - susurró por lo bajo. La miré fijo a los ojos.

- Él sabe dónde estoy - le contesté. Ella sonrió levemente, se acercó más a mí y me abrazó.

- Él ya no puede hacerme nada, Lauren... que sus tontas amenazas ya no te controlen, cualquier cosa que él te diga es mentira. Michael perdió control sobre mí hace exactamente un año - me calmó ella y con cuidado la alejé de mí para mirarla a los ojos.

- Entonces ¿ya no... no hay peligro? - pregunté con algo de duda.

- No, ya no hay peligro. Pero sé cómo es, así que ve y hazle saber que ya no le tienes miedo, pero por favor no pierdas el control, Lauren, es tu padre - me pidió.

Asentí y besó mi mejilla, para luego alejarse completamente.

- Más tarde, cuando todo este arreglado voy a llamarte - le dije a mi madre.

- Esperaré esa llamada ansiosamente, hija.

Los tres nos acompañaron hasta la puerta. Tay no sonreía como cuando llegamos.

- ¿Qué pasa, pequeña? - le pregunté agachándome hasta quedar a su altura.

- Yo no quiero que se vayan - me dijo sin dejar de mirar al suelo. Levanté su rostro con una mano e hice que me mirara.

- Prometo que nos veremos otra vez. Eres mi hermanita y prometo que voy a cumplir bien mi rol de hermana mayor - le dije. Ella me sonrió y luego miró a Camila.

- Tú también cumplirás bien tu rol de cuñada ¿verdad? - le dijo. Camila la miró asombrada.

- ¿Qué es eso de rol de cuñada, Taylor? - La regañó mi madre - ¿De dónde has sacado eso?

- Lo vi en una telenovela, en casa de la abuela - se defendió ella.

Todos reímos y salimos fuera de la casa. Caminamos hasta el auto de Camila y nos giramos a verlos.

- Prometo, mamá, que esto pronto va a acabar - le dije. Ella me sonrió.

- Lo sé, mi amor, cuídense. Adiós, Camila, y gracias por traerme de nuevo a mi bebé - le dijo a la morena. Ésta sonrió.

My Little Obsession // CamrenWhere stories live. Discover now