Ari y Temo son una feliz pareja que comparten su amor junto a sus 4 hijas. Todo es felicidad para ellos.
Pero la felicidad se apagará cuando menos lo esperen con la aparición de un personaje que les arrebatará lo más importante de sus vidas.
-Ay Temo, que guapo te pusiste- decía alguien en alguna parte de México.
Esa persona stalkeaba el instagram de Temo, miraba las fotos que el castaño subió cuando creó su cuenta. Sonreía bobamente, pero esa sonrisa se esfumó cuando vio una foto que la descripción decía:
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Temo.López. Mis amores 💜💙
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-¡No puede ser!- dijo esa persona alterada-. Temo no se pudo haber casado y formar una familia. ¡Él no puede!
La persona continuó mirando las fotos, pero al ver las fotos donde estaba besando a Ari o estaban junto a sus cuatro hijas estalló en furia que no lo pensó dos veces y fue por su maleta.
De regreso en Oaxaca, Temo dormía una siesta junto a sus bebés ya que había tenido mucho trabajo en la pastelería y sus hijas mayores estaban en su cuarto haciendo sus tareas. Temo tenía el seño fruncido mientras dormía, parecía que estaba soñando.
-¿Quién eres?- decía entre sueños-. Déjate ver, ¿quién eres? -Tahi, despierta- dijo Ari moviendolo un poquito para despertarlo-. ¿Estás bien? -Si Tahi, solo fue un sueño. -¿Me quieres contar? -No fue gran cosa, solo recuerdo que se escuchaba la voz de una mujer llamándome. -¿No soñaste con tu mamá? Porque recuerdo que me contaste que de niño soñaste con ella. -No, esta voz era diferente a la de mi mamá. Fue raro.
Ari abrazó a Temo y le dió unos cuantos besitos en su frente haciéndolo sonreír. Estuvieron abrazados un ratito ya que eran los momentos que más amaban.
-Me encanta estar entre tus brazos porque así me siento más tranquilo y protegido- dijo Temo sonriendo. -Siempre te voy a proteger y a las niñas- dijo Ari mirando a sus bebés dormidas y escuchando las risas de sus otras hijas en su cuarto-. Los amo tanto. -Y nosotros a ti.
Ambos se dieron un beso cargado de mucho amor. El amor de ellos era tan único y puro porque sabían que con una sola mirada, un abrazo o un beso lo decían todo. Anya y Nidia iban a entrar al cuarto pero al ver a sus papás muy cariñosos sonrieron, ellas eran testigos del gran amor que se tenían. Ari y Temo se separaron del beso al sentir la presencia de sus hijas.
-Hola ratoncitas- saludó Ari. -Hola papá Ari- devolvieron el saludo y se acercaron a abrazarlo-. No escuchamos a qué hora llegaste. -Llegué hace un rato, pero al verlas haciendo sus tareas no quise interrumpirlas. -Tú nunca interrumpes, papá Ari.
Las niñas abrazaron a su papá, Temo sonreía al ver el gran amor que sus hijas tenían hacia su esposo. Era un amor de padre e hijas irremplazable.
Después de un rato, Anya y Nidia estaban en la sala cuidando de sus hermanitas mientras sus papás preparaban la cena. Temo recordó las palabras dichas por su esposo y al ver a sus hijas muy cariñosas con él sabía que todo era cierto. Abrazó a Ari por atrás y le dió un beso en la mejilla, el rizado sonrió.
-Nunca me cansaré de decirte lo mucho que te amo- dijo Temo sonriendo-. De verdad eres un gran papá, Ari. -Tú también lo eres- dijo Ari volteandose para darle un beso a Temo. -Pero las niñas te lo dijeron, y eso lo he notado porque tu manera de hablarles y abrazarlas me hacen saber que de verdad vas a estar ahí para protegerlas. -Siempre voy a estar para protegerlas al igual que a ti. Me muero si algo malo les pasa. -Aquí vamos a estar siempre. -Mi amor... -¿Si? -De verdad eres mi vida entera. -Y tú la mía.
Continuaron preparando la cena, sus sonrisas no se borraban y al ver a sus cuatro hijas sabían que eran lo que más debían proteger.
