Capitulo 3.

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Actualidad.

HAZEL.

Hoy es domingo, así que vinimos a visitar a mis padres como es costumbre. Estoy sentada hablando con mamá cuando mi hija llega hasta mí corriendo. Trata de quitarse la melena rojiza de la frente porque se le ha pegado por el sudor.

—Mami, mami, mami —Siempre hace lo mismo cuando quiere algo—¿Puedo tomar una paleta de fresas? Por fis.

—Si, pero primero lávate las manos si no quiere que los gérmenes te coman.

—Digo riendo. Ella asiente mientras se ríe y se va corriendo nuevamente.

—¿Qué pasó? —Le pregunto a mamá que se me ha quedado viendo con ojos soñadores.

—Nada. Solo estaba viendo en la estupenda madre en la que te has convertido. Eres todo para ella y la has hecho muy feliz. Has salido a delante prácticamente sola porque eres muy terca para recibir más ayuda de la necesaria. Estoy muy orgullosa de ti, Hazel. —Se me empaña la vista porque si, me he esforzado para darle lo mejor a Heather y no, no soy la misma de hace cuatro años. Tuve que madurar por las circunstancias, pero nunca me arrepentiré de traer a mi puntito al mundo.

—Gracias mamá. He sido una estupenda madre porque tengo el mejor ejemplo a seguir, sin ti no lo habría hecho mamá, gracias de verdad.

En respuesta ella me abraza, cuando nos separamos me pregunta:

—¿Y como te va en el nuevo trabajo?

—Bien, ser secretaria no es tan difícil. Además el jefe todavía no ha llegado de sus vacaciones o algo así, no lo entiendo muy bien la verdad. Espero que no sea un viejo cascarrabias. —mi madre empieza a reír y yo me le uno.

—Nadie se puede resistir a tus encantos.

—Eso espero. Este trabajo me paga muy bien y los horarios son flexibles además es una editorial, sabes que mi sueño siempre fue ser escritora, pero por las razones que ya sabes no lo pude lograr. Este trabajo me gusta y espero durar.

—Hija, todavía estás a tie... —Pero es interrumpida por la dulce voz de mi niña.

—Mamiiiiiiii no llegué a comerme la paletita ¿ahora si puedo comerme una? —Me dice cuando llega a mi. Tiene los labios sucios de lo que supongo es paleta. Ella me hace ojitos mientras pone sus manitas en la espalda y comienza a moverse de un lado a otro— ¿Si? Por fis, por fis mamita linda.

—Mmm con que no has comido paleta, ¿eh?

—Nop mami, te lo juro —dice mientras se sonroja y saca sus manos de la espalda y las pone en su boca tratando de tapar la risa que amenaza con salir.

—Que no te engañe esa carita, ha tratado de hacer lo mismo conmigo, pero no funciono.—Dice mi papá entrando al jardín.

—Ashg Abuelo se suponía que me tenias que apoyar. Hicimos un tarato y me dijiste que si convencía a mi mami me darías otra paletita. —Dice haciendo un puchero mientras cruza sus brazos. Es muy adorable.

—No señorita, y es trato, no tarato—Rio por lo bajo— el trato era ver si tu mamá te dejaba comer otra paleta y no mentirle diciendo que no te habías comido ninguna.

—Abu, pero lo que le diga no importa si obtengo lo que quiero —Dice ella a punto de llorar.

A veces me pegunto de donde saca mi hija tanta astucia e inteligencia.

—Heather —La llamo para que me ponga atención—está mal mentirle a las personas y más si es a mí ¿entiendes? Nunca más me mientas porque nadie más que yo querrá lo mejor para ti y si esa paleta no es lo mejor para tu salud yo no te la voy a dar, bebé. Eres lo más importante para mí y no quiero que nunca me ocultes nada ¿ok? Tenme confianza Heat.

—Está bien mami, no te voy a volver a mentir. Yo solo quería una paletita porque saben muy bien y mi bariguita quería más.

—¿Tu barriguita o tú? —Le digo mientras le hago cosquillas. Ella empieza a reír.

—Yo, mami yo —Dice con la cara roja y riéndose a carcajadas—Por fis ya.

—Está bien —le digo mientras le doy un beso en la mejilla— Lávate la mano, la boca y busca tus cosas, es hora de irnos.

Hablo un rato más con mis padres. Cuando llega mi hija nos despedimos, nos subimos al auto y conduzco a nuestro departamento.

No hay nada mejor que llegar a casa, quitarte los zapatos y el sujetador, es muy liberador.

Mi departamento no es la gran cosa, tiene el tamaño perfecto para nosotras dos. Cuenta con 2 habitaciones con su baño propio, una sala del tamaño perfecto, una cocina en donde se pueden mover dos personas correctamente y una pequeña terraza, ese es mi lugar favorito de toda la casa.

—Heather directamente a la bañera.

—Está bien mami —Dice mientras sale corriendo a su habitación.

Le ayudo a quitarse la ropa y a bañarla. Luego de que terminamos la dejo jugando un rato más con la espuma y el agua.

—Ya terminé—Me avisa una vez se cansa de Jugar.

—Voy.

Agarro la toalla y la envuelvo en ella, le pongo su pijamada y ella directamente se sube a su cama.

—Mami, ya no es necesario que me cuentes un cuento, ya estoy grande.

—Ya no quieres que tu mami te cuente los cuentos para dormir? —Le pregunto dudosa y un poco melancólica. Mi niña ya está creciendo.

—Nop, ya estoy grande. Solo arrópame porque todavía no puedo sola.

Se ve tan adorable que me dan ganas de comérmela.

—Está bien, mi amor.

La arropo y le doy un beso en la cabeza.

—Dulce sueño princesa. Te amo.

—Buenas noches mami, también te amo—Apago la luz y salgo de la habitación.

Cuando salí embarazada llegó un momento en el que dudé de si tenerla o no. Verla nacer me quito todas esas dudas, tenerla en mi vida es una de las mejores cosas que me pudieron haber ocurrido.

Heather es una mini yo, tiene mi cabello, mis ojos y mis pecas y le doy gracias a Dios de que sea así, uno que otro rasgo es de él, pero solo eso, por donde le mires es mi hija y solo mía.

Fue muy difícil hacerme la idea de que iba a ser madre, con tan poca edad fue toda una montaña rusa. No sabía nada de niños, pero fui aprendiendo poco a poco.

Terminé la escuela ese mismo año, nunca nadie se dio cuenta de mi embarazo, siempre usaba ropa ancha.

Ver que Matthew actuaba como si yo no existiese fue doloroso y aunque yo le pedí que así fuera no dejó de doler, pero fue lo mejor. En el momento en que rechazó lo que habíamos creado, instantáneamente lo odie no por el hecho de que me haya dicho zorra o me haya tachado de infiel, no, sino por no querer a alguien que salió de él, pero para mí y mis padres Heat lo es todo y ella no necesita más.

Nunca me ha preguntado por su papá, ha visto a sus amiguitos llegar con sus papás al kínder, pero nunca me lo ha preguntado directamente y no sé qué le diría porque la verdad no quiero mentirle, pero una niña de 4 años no entendería que alguien la rechazó y abandonó. Cuando crezca y ella entienda obviamente le diré la verdad, pero si pregunta por ahora es mejor mentir.

Encuanto a mi, no me he relacionado con más hombres y dudo seriamente que me vuelva el a enamorar.

El único amor que tiene cabida ahora en mi vida es el que le tengo a mi hija y a mis padres, para nada ni nadie más.

Desde que te encontré (Nueva versión) Where stories live. Discover now