POV;cap. 2

427 42 4
                                    

Me miró atónita, como si no pudiese creer lo que acababa de decirle.

—Pero ¿por qué?

—Lo sabes perfectamente, Beck —defendí  impasible—. Ese era el trato.

—Pero creí que tú y yo... —agachó la cabeza, a punto de usar su famosa táctica: ojos de corderito degollado.

—Beck, te lo dije desde el primer momento. Nada podrá haber ni habrá entre nosotros. Tú decidiste aceptar este trato. Sabías a lo que te sometías incluso tras lo sucedido entre nosotros.

—Pero pensaba que había algo...

Ahogué una risa, incrédulo.

—Eso no es cierto. Sólo tú quieres más.

—¿Y tú no?

—Ya te dije que no creo en las relaciones o el amor. Tan sólo quería una chica de compañía y tú aceptaste. Y accediste a tener sexo casual.

Su ceño se arrugó con indignación.

—O sea, que, ¿tan sólo me has utilizado?

No pude evitar soltar una pequeña risa.

—Beck, precisamente de eso iba todo esto. Tú me utilizabas y yo te utilizaba. Tú me acompañabas, estabas conmigo, y yo, por si no lo recuerdas bien, te pagaba. Entre otros gastos.

Jadeó, haciéndose todavía más la indignada.

Increíble.

De repente, su rostro cambió, tornándose completamente serio, y clavó sus ojos en mí.

—¿Quién es ella?

—¿Qué? —dije, soltando otra ligera risa.

Esto no podía ser real. Esto era, exactamente, lo que quería evitar. Que creasen lazos conmigo.

Ahora debía romper con alguien con quien ni siquiera salía.

«Si es que eres gilipollas»

—Seguro que has encontrado a alguien. Sé perfectamente que te has estado acostando con otras.

—Beck, tú y yo no somos nada. Cada uno podía y puede hacer lo que quiera. Y no tengo que darte explicaciones. Repito: esto era un simple trato y tú una chica de compañía.

Abrió de nuevo la boca, perpleja por mis palabras.

—Eres...

—Beck —la detuve—, ni se te ocurra. Estoy intentando acabar esto lo mejor posible y con respeto. No intentes montar un jodido drama por ello.

Apretó, refunfuñada, sus labios, a lo berrinche. Y parecía que se venía lo peor mientras yo rogaba porque no fuese así.  Si es que yo solo me metía en problemas. De la nada, me apuntó con el dedo y se acercó más a mí. Sus ojos derrochaban rabia incluso.

—Esto no quedará así —amenazó.

Dio un giro sobre sus pies y se fue derecha hacia la puerta para acto seguido irse dando un portazo.

Solté un bufido, mezclado entre alivio e impotencia. Había ido exactamente como no quería. Pero al fin estaba hecho. Un problema menos...

O no.

***

Como siempre, tan silencioso. La sensación era buena, como si estuviese solo, como si nada fuese a ocurrir, hasta que entraba en el despacho y ahí estaba él.

Tan pronto crucé la puerta, sus ojos cayeron sobre mí, ya con clara molestia.

—¿Se puede saber dónde cojones estabas, Alarick?

UN TRATO Y POCO AMOR ✔ [ ¡¡EN PAPEL!!]Where stories live. Discover now