𝑷𝒐𝒆𝒕𝒓𝒚, 𝑨𝒓𝒕, 𝑴𝒖𝒔𝒊𝒄, 𝑪𝒓𝒂𝒇𝒕

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Quién lo diría, él, líder del equipo de fútbol americano, el más deseado por todas las chicas de la universidad, aunque...

Una muy mala suerte.

—¡Pero directora!

—Sin peros Shadow, el haberte peleado con Scourge es una gran falta de ética, él al igual que tú tendrá su castigo, así que a partir de mañana irás al taller de arte, donde ayudaras a los chicos con pinturas, música y todo lo que implique el uso manual, por dos semanas, ¿entendido?

—Entendido —suspiró rendido, no le quedaba de otra.

—Pasaré el aviso al tutor de artes para que te espere en la puerta, sé puntual, puedes retirarte.

El azabache cargó su mochila fastidiado, si había algo que odiaba era el taller de arte, no le gustaba nada ese taller, la sola idea de mancharse de pintura, de escuchar a compañeros practicar la poesía, manualidades con barro; no gracias.

Al salir de la oficina de la directora, sus mejores amigos lo estaban esperando, ansiosos de saber cuál había sido su penitencia.

—¿Y cómo te fue? —preguntó una murciélago con cuerpo curvilíneo y de tez bronceada.

—Muy mal, tengo que participar en el taller de arte por dos semanas, ¿pueden creerlo?

—Bueno, no es tan malo, escuche que a Scourge le tocará estar en el taller de jardinería, ¿te imaginas a Scourge, un tipo rudo y bravucón, plantando flores? —dijo un equidna mientras trataba de no reír.

—Viéndolo así, no es tan malo, pero lo sigue siendo.

—Bueno Shadow, aquí te dejamos, Knuckles y yo tenemos que instruir al equipo mientras no estés

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—Bueno Shadow, aquí te dejamos, Knuckles y yo tenemos que instruir al equipo mientras no estés.

—Solo serán dos semanas, me alivia que no hayan futuras competencias hasta dentro de dos meses.

—Entonces nos vemos después amigo.

Ambos se retiraron dejando al azabache frente a la puerta del taller en donde estaría participando todos los días. Al entrar espero ver al tutor como le había mencionado la directora pero no vio a nadie, pero si se percató de un robot de colores dorados que lo veía con unos ojos azules profundos, el robot sostenía una bandeja con diferentes piezas de barro el cual ladeó su cabeza curioso de la nueva cara que estaba presenciando.

—¡Emerl!

Una dulce voz hizo que sus orejas se movieran en aquella dirección, el robot volteó a ver al dueño de la voz y caminó en su dirección, ahí Shadow pudo ver al dueño, un erizo cobalto de tez melocotón y ojos esmeralda; Sonic The Hedgehog.

El chico que le gustaba.

Rápido se puso nervioso, no sabía que hacer, desde hace semanas que trataba de encontrar una manera de acercarse a él pero no podía, eran de diferentes carreras y nunca lo podía encontrar por los pasillos de la universidad; esa era su oportunidad y no la desperdiciaría.

Aunque alguien se le había adelantado, pudo ver como el robot lo señalaba y Sonic lo miraba curioso, pudo ver como le decía algo y el robot se fue para ahora, ser él quien se acercaba. Shadow se puso mas nervioso de lo que ya estaba.

—Siendo sincero, me sorprende verte aquí —dijo extrañado mientras se cruzaba de brazos.

—Tuve una pelea con el idiota de Scourge, y mi castigo fue participar en este taller por dos semanas.

—Oh, entonces lo haces por obligación —suspiró, realmente quería que el azabache participará por cuenta propia.

—Estaba buscando al tutor, supongo que él me dirá que hacer.

—Tuvo que salir por una emergencia, pero que te parece, si para que no pierdas este día, ¿me ayudas a decorar unos jarrones? —le propusó con la esperanza de que no renegará.

—Claro, serás mi guía —le guiñó un ojo, causando un pequeño rubor en las mejillas melocotón.

—Sígueme —le dedicó una tierna sonrisa, siendo él ahora quien causó un rubor en las mejillas del azabache.

𝐒𝐡𝐚𝐝𝐨𝐧𝐢𝐜 𝐅𝐥𝐮𝐟𝐟𝐭𝐨𝐛𝐞𝐫 𝟐𝟎𝟐𝟐 Where stories live. Discover now