¡ 𝗙𝗟𝗢𝗪𝗘𝗥𝗦 ! ──── ❝You're beautiful like a flower❞
- ̗̀ ・🖇• Todas las semanas, la flor favorita de Yunjin aparecía en la puerta de su casa. Y sin saber quien era la persona que las mandaba, se enamoró.
Pero no contaba con que el ch...
Ambas amigas corrían tomadas de la mano. Esperando a que el profesor de ambas no les cierre la puerta en la cara, las deje sin recreo o peor, les mande tarea extra y las ponga a limpiar el aula.
Pero no era culpa de ellas que no hubiera agua en casa de Yunjin y que tuvieran que ir hasta la de Soomin. Era culpa de la persona encargada de pagar el agua, ósea, de Yunjin.
Ambas siguieron corriendo hasta llegar al aula, con los pasillos ya vacíos, apenas y alcanzaron a llegar segundos antes de que les cerraran las puertas de la escuela.
Abrieron la puerta del aula y en esta solo estaban los desastrosos de sus compañeros y amigos. Pero ni una señal del profesor, así que aliviadas entraron al aula.
—Oigan, ¿porque tan tarde? ¿No les sonó la alarma?
—Tsh, calla Jungwon. No había agua en la casa de Yunjin—. Dijo Soomin poniendo su dedo índice en la boca de su amigo. Yunjin por su parte rio y se sentó a un lado de Jungwon mientras que Soomin enfrente de este.
—¿Y el profesor? Pensé que nos pondría castigo por llegar tarde.
—Me cae mal, apenas y llegamos tres minutos con retraso, no hubiera soportado los castigos, es una persona muy injusta y un ca...
—¿Un que señorita Yoon?
Yunjin miró al profesor el cual estaba parado en medio del aula, viendo a el grupito de tres que estaba en medio de la primera fila a un lado de la ventana. Soomin volvió su torso para poder ver hacia enfrente y mirar al profesor ahí parado con su regla y cuaderno de matemáticas.
—Un ca... un caballero, guapo e inteligente—. Los demás estudiantes, junto con Yunjin y Jungwon rieron.
—No me vea la cara de tonto señorita. Ahora abran sus libros de matemáticas en la página ciento cuarenta.
Y así dieron por iniciada la clase, en la que Yunjin por más atención que puso, no entendió.
—Voy a moriiir. No me salió bien ningún ejercicio.
Yunjin dejó caer su cabeza, sin lastimarse claro, hacia su libreta, dejando su frente apoyada en ella. El profesor salió del aula diciendo que ya podían salir a su hora de comida. Había revisado los ejercicios de matemáticas que habían hecho todos y el que el tercer peor puntaje tenía fue Yunjin. Es que simplemente le resultaba complicado. No entendía nada de la clase por más atención que pusiera.
—Ya, no te pongas mal. Tal vez tu admirador secreto te de unas clases vía zoom y con la cámara apagada y el micrófono igual—. Jungwon rió siendo fulminado por la mirada de su otra amiga. —Ya, Yunjin. Si quieres podemos ir a la biblioteca para buscar un libro que te ayude a entender.
Yunjin balbuceó algo no audible debido a que su boca estaba pegada a la libreta. Puso su barbilla en su mesa y miró de reojo a sus amigos.
—Ahora solo necesito comer. Es lo único que me alentará.
Tomó su bolso y espero a que sus amigos la siguieran para ir a rastras hacia la cafetería llena de estudiantes.
Aquel chico y su amigo peli rosa se encontraban en la biblioteca, dibujando y escribiendo cartas de apuntes. Estos contenían fórmulas y dibujos para entender e indicar cómo se debían de hacer los problemas.
Tenían la sospecha de que seguramente Soori sabía como hacer todo, pero con los apuntes venían consejos y maneras más rápidas para hacer los ejercicios con un resultado exacto y el mismo que si lo hicieran de la manera larga.
—¿Se entiende? ¿O es más complicado que la manera normal?
El mayor echó un vistazo a la tarjeta que hizo su amigo menor y asintió en respuesta.
—Está bien, si se entiende. Ya termine el dibujo, ¿te gusta?
El peli negro asintió con una sonrisa y recortó el dibujito para perderlo a un lado de la fórmula que él había escrito.
—Estoy seguro de que se pondrá feliz, vienen fórmulas mucho más fáciles de las que nos enseñan en clase. Todo gracias a los libros.
—No puedo creer que hayamos leído ese libro para poder explicarle a alguien que ni siquiera sabe que lo hicimos y que fuimos nosotros. Pero al menos gracias a eso tenemos buenas calificaciones.
—¿Verdad? Mi madre quedó impresionada porque mis calificaciones pasaron de ser seis y sietes a ser diez y nueve.
—Yo estoy mejorando mucho con mis dibujos y mi trazo. Algo bueno tenia que salir de que me pusieras a hacer dibujitos, al menos ya puedo entrar al club de arte.
Ambos sonrieron felices y pusieron en marcha su rutina de todos los días. Decirle a la hermanita menor del peli rosa que comprará el tulipán más bonito de la florería, escribir la frase del día, para que después el peli rosa corriera y dejara el regalo enfrente de la puerta de la casa de Yunjin.
Pero esas cosas no eran para nada de ella, de hecho, iban para una vecina cercana.
Pero como ya dije, los chicos no hicieron el trabajo bien. Terminaron viendo que Soori entraba a la casa de Yunjin, y estos pensaron que era su casa.
