3

2.6K 166 27
                                    

Me remuevo entre las sabanas cuando escucho que mi teléfono comienza a vibrar. Estaba despierta pero mis ojos se negaban a abrirse debido al poco tiempo que dormí.

El aparato sigue vibrando así que a tanteadas lo busco para apagarlo y seguir durmiendo pero fallo.
Al carajo, no pienso despertar.

—Mmh...Alya tu teléfono...—Un quejido que claramente no esperaba escuchar hace que mis ojos se abran de golpe.

¿Quién era y por qué estaba en mi habitación?

Trato de hacer memoria pero lo último que recuerdo es la imagen de Carlos Sainz llevándome a casa.

Maldita sea. ¿Qué es lo que has hecho Alya?

Mentiría si dijera que no temo en dar la vuelta y ver a Carlos a mi lado, pero soy curiosa por naturaleza y tenía que enfrentar las consecuencias de mis actos.

Me giro cautelosamente y el alivio me inunda cuando miro con quien comparto mis sábanas.

— Calla esa estúpida cosa Alya —Vuelve a quejarse mientras coloca la almohada sobre su cabeza.

Tomo el teléfono sólo para encontrarme con el rostro de George en la pantalla. Entre el dolor de cabeza por la resaca y el sonido del teléfono, estaban matándome.

—Espero tengas una buena excusa para despertarme Russell.— Respondo algo irritada. Sólo a él se le ocurría despertar temprano después de un día de fiesta.

— ¿Quieren abrir la puerta? Llevo más de 10 minutos tocando el timbre y parece que no hay nadie. —la voz de mi amigo sonó del otro lado cuando tomé la llamada.

— ¡Son las ocho y media de la mañana George! —
Lando se queja debajo de la almohada. —¡Largo!

—Les traje el desayuno par de malagradecidos.

Dios santo, necesitaba una aspirina y o tal vez un golpe que me noquee para no tener que aguantar a estos dos.

— ¿Desayuno?...—De pronto Lando había cambiado por completo su humor, como si hace dos segundos no estuviese a punto de querer asesinar a George.

— "¿Desayuno?" —Lo imita con un tono de voz ridículo — Si eso dije. ¿Van a abrir la puerta o?....

No tuvo que mencionarlo dos veces pues Lando salió disparado de la habitación hacia las escaleras.

— ¿Noche agitada Aly? —Vuelve a comentar George por el altavoz y se que no se refiere exactamente a nuestro momento de baile de anoche, si no lo que había pasado después de eso.

— Cierra la boca Russell. —Y le cuelgo.

No estaba de humor para enfrentar los multiples errores que había cometido anoche, ni siquiera con los chicos pero se que ambos son tar fisgones que no pararan hasta que hable.

Me dejo caer de nuevo contra las almohadas pero algo en mi mesita de noche llama mi atención.

"Estoy seguro de que las necesitaras al despertar. Un placer conocerte Alya De Santis.

xx. Carlos"

Tomé la pequeña nota escrita y sobre ella, yacían dos pastillas que reconocí de inmediato como aspirinas junto a un vaso de agua.

Sin darme cuenta mis labios se curvaron en una muy leve sonrisa, un gesto a penas. Tal vez no era del todo un imbécil.

— Buenos días solecito — El rubio me recibe con un café en mano cuando bajo las escaleras. —¿Cómo estuvo tu noche?

the only exception Where stories live. Discover now