Nací en una familia de clase media, mis padres claro que sí tienen dinero pero no como para comprar cosas lujosas, tener autos lujosos, viajar a diario e ir a restaurantes caros. Pero si nos damos uno que otro lujo.
Mi mejor amiga es hija de padres...
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"Cause he knows what's up He knows it's a big bad world He's knows that I'm a good girl He understands of sale of self 'Cause cash comes quicker when looks can kill
A hundred dollar bill A hundred dollar bill Nothing more gorgeous than a hundred dollar bill Nothing more gorgeous than a hundred dollar bill Yeya, twenty of them wrapped up tight in silk" Hundred dollar bill - Lana del Rey
Narra Elisa
Él dibujo media sonrisa pero luego aclaro su garganta, tomo el teléfono y llamo a los de servicio a la habitación, estuvo pidiendo el desayuno para nosotros, solté un respiro y camine a la cama para acomodarla y ordenar las cobijas, escuche que colgaba el teléfono y a los pocos segundos me abrazó por detrás.
— Tengo planes para ambos el día de hoy - habló - iremos a comprar tu ropa, toda la que quieras, la que usaras para el viaje que haremos y te llevaré a la clínica que te dije.
— Me gusta la idea - gire a verlo - pero no puedo llegar a mi casas con demasiada ropa.
— El día estará lleno de sorpresas.
Dibuje una sonrisa, él dejo un beso en mis labios y después se separó de mi. Estuvimos desayunando en silencio, no era un silencio incomodo, es5taba bien y más porque él estaba escribiendo en su teléfono.
Luego de media hora estábamos bajando en el ascensor, subimos a su auto y él comenzó a conducir en dirección al centro, me sentía un poco nerviosa porque tengo miedo de que alguien nos vea, mi madre se que esta en casa junto con mi padre pero no sé donde esta Tessa.
— ¿No crees que en el centro es muy obvio que nos vea alguien?
— Tessa, Esthela y Lilly se fueron a Boston a unas cosas, regresan el lunes temprano.
— Entiendo.
Llegamos a una clínica, ambos bajamos del auto, él traía unos lentes oscuros, entramos al lugar y como era típico olía a hospital, pero este aroma es agradable, él se acerco a la recepción y estuvo hablando por un par de minutos hasta que volvió a mí.
— En diez minutos te hablarán - me miro - ¿Quieres que entré contigo?
— No - negué - me gustaría entrar yo sola.
— De acuerdo.
Ambos nos sentamos en las sillas que estaban ahí, solté un suspiro y mire a mi alrededor, él estaba viendo su teléfono y de vez en cuando escuchaba que se quejaba, una enfermera salió y dijo mi nombre.
Me puse de 'pie y camine hasta donde estaba ella, entré al consultorio y ahí se encontraba una doctora joven, quizá unos treinta años puede tener.