Los hijos Crasfort

Capítulo 18

HAYLEY

Desperté por los armoniosos gritos de mi madre, exigiéndome que barriera y trapeara toda la casa.

Cenicienta me dicen...

Pase toda la pinche mañana limpiando absolutamente todo, que hasta la casa del pericote limpie.

Para numero de contratos llamen al 798...

Ya eran la 1 y media de la tarde, cuando recibí un mensaje de Erlik diciendo que estaba en la puerta de mi casa.

Salgo disparada hacia la puerta, la abro y veo a Erlik vestido con unos jeans negros, una polera ploma y unas zapatillas blancas.

-¡Erlik!, ¿Cómo estás?-le pregunto sonriente mientras le doy un corto abrazo.

-Bien ojos claros, todo bien, tus novios son los mejores compañeros que he tenido, son muy amables ¿entramos?-me dice Erlik respondiendo contento

-Por supuesto, vamos.

Entramos y le doy un ligero recorrido por mi casa barrida por mí, hasta que pasamos a la cocina donde se encuentra mi madre peleándose con una licuadora.

-Madre, Erlik llegó.-le digo tratando de que me escuche, lo cual al parecer no hace

-Madre!!-levanto la voz y ella parece estar en el mundo de Alicia en el país de las maravillas

Miro a Erlik con disculpa por lo que voy a hacer ahora y entonces aclaro mi garganta.

Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas...

-¡MAMÁAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!-grito con todas mis fuerzas mientras Erlik se tapa los oídos asustado.

-¿¡Qué te pasa loca!?, ¿Por qué gritas?-responde mi madre abrazando su licuadora que estuvo apunto de caérsele por mis gritos.

-Ah que Erlik ya vino.-le digo tranquilamente mientras señalo a mi amigo de al lado.

-La próxima vez que me levantes la voz así, te aviento la licuadora en la cabeza ya verás.-dice con voz amenazante.

-Sisi, la amenaza de todos los días, te presento a Erlik, Erlik te presento a mi madre.

-Buenas tardes señora, un gusto, soy Erlik, amigo de Hayley.-dice acercándose con cautela a mi madre ofreciéndole su mano.

-Hola muchacho, mucho gusto, no tengas miedo, soy muy agradable y tranquila, mi nombre es Clara, soy la madre de esta desquiciada que tienes como amiga.-dice mientras lo atrae hacia ella y lo abraza efusivamente.

-Me ofendes madre, ahora suéltalo, me lo vas a dejar más delgadito de lo que ya está.-le digo en broma mientras los separo.

Erlik suelta una risita nerviosa, paso a tomarlo de la mano y lo dirijo a la sala donde estaremos más cómodos.

-Disculpa a mi madre, no tiene muchas citas, está ansiosa y de mal humor últimamente.-le digo mientras nos sentamos en los sofás.

-Ya ve...-Erlik intenta responder, pero mi madre me sorprende cuando me cae un trapo de harina en toda la cara y el cabello.

-¡TE ESCUCHÉ!-grita desde de la cocina

¿Han escuchado eso de que las madres tienen un alcance de 180 grados cuando quieren lanzarle una chancla a su inocente hija?

Pues sí señores, es real, ese trapo acaba de volar con una especie de telequinesis hacia mi.

Me paso a quitar el trapo y empiezo a sacudirme toda la harina del cabello y de la cara.