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Charlie

La cabaña era un lugar acogedor, con decoración rústica clásica. La sala tenía una alfombra gris de pelo que se veía suave, una chimenea en el centro y sillones que lo rodeaban. Se veía la cocina dividida por una barra que generaba la división, allí estaba la mesa para almorzar. Una ventana grande iluminaba la sala, daba vista al bosque que nos rodeaba.

 Esme prendió la chimenea mientras el doctor guardaba las bolsas de sangre en la heladera. Me acomodé en la alfombra, la cual si era suave, saque los juegos que la vampira trajo. Me decidí por el monopolis, siempre fue el juego favorito de mi hermano.

 "Si estuviéramos en una película de terror, yo sería la primera en morir" Interrumpí el silencio con uno de mis comentarios tontos. Carlisle se sentó en uno de los sofás y Esme en el otro, dejándome en el medio en el suelo. 

"¿Por qué dices eso?" El vampiro hablo ayudándome a acomodar las fichas en su lugar "Avísame cuando tengas sed" 

 "Siempre se dice que la rubia muere primero, pero la verdad es que muere la chica sexualmente activa y rebelde, de los tres yo encajo más en este estereotipo. Luego moriría el novio de la protagonista recatada y estudiosa. Esme sería la que sobrevive y años después el asesino la persigue" Esme comienza a reír por lo último negando con la cabeza.

 "Sí que tienes imaginación, deberías ser guionista" Suavemente acerca su mano a mi cabeza para acariciarla. Instintivamente, cierro los ojos ante eso, como un cachorro en busca de caricias. 

"Tengo toda la eternidad ahora para serlo" Bromeo sobre mi nueva inmortalidad, la cual no me acostumbro ¿Realmente viviré por siempre? Eso me aterra.

 Jugamos gran parte de la noche, en donde Carlisle nos deja en bancarrota la mayoría del tiempo. Mi frustración y mi orgullo no deja que siga jugando. 

 Cuando la sed aparece, el doctor me guía a la cocina para darme la sangre. Esme había comprado para mí un vaso de acrílico hermético con dibujos de dinosaurios, el cual me avergüenza admitir, pero adoro. Me siento en la barra mientras él prepara todo. Mi sed cada vez es más controlable, ya no me desespero cuando abre la bolsa y su olor entra por mis fosas nasales. 

"Cada vez te controlas mejor, estoy orgulloso" Carlisle me da el vaso con una sonrisa de orgullo "Si sigues así podremos presentarte a Bella" Limpia las bolsas dejándolas en una charola de metal "Algunos vampiros con más control no se resisten al olor de la sangre, Rosalie me contó lo del puma. Tal vez tu don sea como el mío. Autocontrol"

 "Igualmente, tengo miedo de atacar a alguien si lo tengo cerca" Termino el contenido de mi vaso en segundos y él comienza a rellenarlo otra vez "No creo que sea el momento de relacionarme con humanos" 

 "Si ese es tu temor, deberías hablarlo con Jasper. El también tuvo miedo de volver a la rutina cuando paso lo de Bella" El vampiro siempre me transmitía la sensación de estar hablado con un abuelo sabio. Aunque realmente podría ser mi abuelo, incluso mi ancestro.

"Claro, deberíamos formar una asociación, adictos anónimos a la sangre" Escuche la risa de Esme desde la chimenea "Aunque tal vez tengas razón. Podría darme un consejo de vampiro a vampiro" mi mente viajo al recuerdo del rubio que me sacaba más de un suspiro. 

 "Podrían apoyarse mutuamente, él podría ser tu padrino" hablo haciendo referencia a las asociaciones de adicciones "Desde mi visión como vampiro y como doctor, eres lo suficientemente fuerte para estar con un humano enfrente"

 Iba a comentar sobre lo último, pero el sonido del celular de Esme me interrumpió. Gracias al oído de vampiro escuché a Edward diciendo que tenían que reunirse porque Alice tuvo una visión. La vampira preguntó sobre si debía quedarme o ir con ellos, él advirtió que Bella seguía allí.

Ellos fueron a la casa diciéndome que me quedara y volverían por mí en cuanto la humana se fuera. Me senté en el sofá a esperar su regreso, pensando en todo lo que había pasado con esta familia. Cada día me sentía más a gusto y no sabía si eso era algo bueno o algo malo.

 Mi familia humana no había sido la mejor, el único con el que tenía un vínculo era mi hermano y ahora estaba muerto. No extrañaba a mis padres, no tenía amigos tan cercanos y no tenía pareja. Si desaparecía nadie me buscaría realmente y eso pasó. Fui un blanco fácil, el blanco perfecto.

 Los Cullen me hacían sentir en familia, me hacían sentir querida y acompañada. No me excluían a menos que sea necesario y me contaban lo que pasaba cuando no estaba. Me aconsejaban, se reían de mis bromas, me escuchaban. El sentimiento de cariño crecía a toda hora.

 Realmente quería ser una Cullen, ser parte de la familia.   





Charlie ~ Eclipse TwilighWhere stories live. Discover now