Soy Aly halmiton, soy una adolescente de 16 años. Vivo en un pueblo no tan pequeño que está ubicado en medio del bosque mis padres son Ector halmiton y Amanda halmiton, ellos son los mejores padres, me ayudan mucho y están siempre al pendiente de mi...
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Cuando me desperté por la mañana ya estaba amaneciendo, levanté a mi cachorra, desayunamos en el motel para después volver a la carretera.
Faltan apenas unas calles para llegar a la manada, al llegar tenemos que ir a la casa principal a precentarnos al alfa y decirle por cuánto tiempo estaremos en su manada, mi loba está un poco inquieta.
—Por la diosa, deja de moverte.—
—Precento que va a pasar algo.—
—¿Bueno o malo?.— pregunto preocupada.
—La verdad es que no lo sé.— Sierro el link, espero que no pase nada malo, nos alejamos de la manada para tener un tiempo de descansó, no para que nos estresemos más.
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Estoy en mi despacho viendo algunas cosas de la manada, no son muchas ya que vários alfas me temen por la maldita razón de no poder tener a mi mate conmigo, llevo exactamente 156 años buscándola y ya he perdido la esperanza, tal vez ya no tenga mate o simplemente todavía no nació.
—Uzziel.— mi beta y mejor amigo de la infancia, entra al despacho.
—Que se te ofrece Tay.— le contesto sin levantar la mirada.
—Recuerda que hoy vienen...—lo corto antes de que termine la oración.
—Si, lo se.— Estoy un poco cansado mejor me voy a recostar unas horas —podrías atenderlas tú, yo me voy a descansar a sido una mañana pesada.—
—Claro.—sale de mi despacho.
Me voy a mi habitación, me saco toda la ropa quedando solo en ropa interior, que cosa más cómoda dormir sin ropa, me recuesto bajo el suave edredon y siento como mis ojos se sierra poco a poco hasta caer en un sueño profundo.
(•••)
Me despierto por unos golpes a la puerta.
Joder ni dormir se puede, me levanto voy al baño, me pongo un pantalón junto a una remera negra y al salir de mi habitación me encuentro con tay.
—Alfa, los soldados encontraron a unos lobos no identificados vagando por nuestras tierras.—dice tan rápido que apenas le puedo entender.
—vamos.—de seguro esos lobos no saben en qué territorio están, pero se van a enterar.—Tay, recibiste...—no hace falta que termine ya que tay sabe q lo que me refiero.
—Si, lo hice.— dice mientras bajamos las escaleras de la manción rumbo al bosque.
Me transformó en lobo y corro lo más rápido que puedo, de seguro son lobos sin manada por lo general solemos permitirles que se unan a nuestra manada, pero si tienen alguna intención de dañar a los miembros de la manada estoy seguro de que les arrancaré la cabeza de una mordida.
—Alfa.— habla tay atráves del enlace los soldados me informan que los lobos se escaparon.
—Está bien tay vuelve a la manada y avísame cualquier cosa.—
—Cómo ordene alfa.—
Voy a una parte de la playa que está cerca de la manada. De la nada siento un embriagador olor a rosas, mi lobo dice mate y búscala así que hago lo que me ordena y corro hacia donde proviene el fantástico aroma, encontrándome con una hermosa mujer, mi lobo salta de la felicidad, pero lo que no me esperaba es lo que pasó a continuación.
La hermosa chica en traje de baño llama a una niña la cual le responde con un "ya voy mamá" pero como es posible, ella no tendría que tener cachorros con otro que no sea su mate me enfurece qué no me haya esperado y sin darme cuenta dejado por la ira me transformó en humano, me encamino hacia donde está ella, cuando estoy hasta un solo paso de distancia de ella, se tensa.
La agarró bruscamente del brazo y la subí a mi hombro, ella no lucha parece estar en shock.
avisó a tay que venga a por la niña y a mi mate la llevo cargando hasta la mansión dónde la dejo en mi habitación encerrada, ella no lucho para nada es como si hubiera entrado en un trance, necesito asimilar todo lo que ha pasado.
