UNA BESTIA CON CELOS

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Vivir con cuatro hombres calientes que tenían ganas de sexo todo el tiempo y encima psicópatas con fetiches raros en la cama era agotar. Estos días estaba muy cansada físicamente y es que era un no parar, no podia entender como tenían las hormonas tan alteradas y es que aprovechaban cualquier ocasión para sacar su lado pervertido y lo peor de todo es que le daba exactamente igual si era un lugar publico o no. Estos cuatro hermanos estaban consiguiendo que hiciera mas ejercicio que en toda mi vida. Como ha cambiado mi vida tanto? Jamás pensé que siendo aun menor de edad acabara viviendo con cuatro atractivos psicópatas que casi me matan y que encima se habían convertido en mis parejas y con mi mejor amiga a la cual mis novios en un principio odiaban y querían asesinar, si me lo llegan a decir hace unos meses no me lo creería pero aquí estamos viviendo juntos y felices en nuestra vida de locura . Últimamente, aunque estaba cansada físicamente por las noches de pasión con cada uno de ellos y el dolor en mis piernas a veces era insoportable, me encontraba mas feliz y  poco a poco estaba volviendo a ser yo, esa chica que era antes de que mis padres murieran, esa chica alegre y mas risueña. 

El dolor aun seguía en mi pecho y era algo que jamás se iba a ir pero poco a poco lo iba superando y recordando a mis padres cuando eran felices y en sus mejores momentos, los recuerdos malos se estaban quedando en el pasado y en el presente solo estaba lo bueno de cada persona bueno menos del asesino de mis padres que de el solo queda lo malo.

Hoy nos encontrábamos dos de los hermanos: Isaac, Alec, Abbey y yo hiendo a la ciudad para la compra semanal y es que en esa casa se comía como si fuéramos bestias. Íbamos a ir al centro comercial de la ciudad y aunque me encantaba ir y hacer cosas diferentes fuera de casa ya que a veces me agobiaba estar encerrada durante mucho tiempo en casa, también me daba nervios salir y estar rodeada de gente bueno sobre todo de chicos guapos y es que cada vez que íbamos a la ciudad algo malo pasaba sobre todo en el tema de los celos porque no hace falta comentar que los Lahey son extremadamente celosos y que no quieren que me acerque ni a una piedra. 

Ahora mismo me encontraba en uno de los pasillos del supermercado, bueno en realidad en mi pasillo favorito del mundo entero que era el de dulces y chocolates y es que si por mi fuera me alimentaria a base de chocolate y chuches pero eso es imposible ya que si hiciera eso mi vida correría grave peligro. Estaba tranquila observando las delicias que tenia delante cuando note una mano rodeando mi cintura de manera suave que empezó a dar leves caricias en ella. Gire un poco mi cabeza para saber de quien se trataba aunque por el olor de su perfume sabia perfectamente que se trataba de Alec. 

Alec: Que chocolate va a querer esta vez mi querida mujer?- dijo de manera suave susurrando en mi oído y haciendo que un escalofrió recorra por mi cuello. 

Irene: Una pregunta bastante difícil de responder. Ya que estoy super indecisa  entre dos pero me seria de gran ayuda si mi novio me ayudara a decidir.- dije aun con mi mirada puesta en los chocolates que tenia delante. 

Alec: No sabes lo bien que suena la palabra novio en tus labios- dijo el haciendo que girara mi cuerpo para quedar de frente ante el y besar mis labios con dureza. Su lengua se encontró con la mía de manera salvaje, me encantaban sus labios y lo bien que se movían encima de los míos. Pero todo lo bueno acaba y no creo que el supermercado sea buen lugar para hacer este tipo de cosas aunque se perfectamente que al chico hormonal que tengo justo en frente el lugar donde estemos le da exactamente igual. 

Irene: No creo que este sea un buen lugar para esto Alec- dije separándome un poco de el con los labios hinchados y rojos por el tremendo beso que nos acabábamos de dar. 

Alec: Sabes que eso a mi me da igual pero tienes razón no vamos a dar el show delante de todo el mundo pero solo te voy a advertir una cosita cuando lleguemos a casa no te escapas y te voy a dar mas duro por dejarme así de excitado- Dijo de manera coqueta dándome un pequeño beso en el cuello haciendo que una sonrisa brotara de mis labios - Y ahora vamos a escoger tu chocolate- dijo mientras me cogía de la mano y escogíamos el chocolate juntos. Finalmente me decante por uno que no había probado nunca y es que era chocolate con frambuesas, tengo que admitir que me encantaba el sabor del chocolate mezclado con la fruta y eso era muy bueno porque así me evito que me roben mi chocolate ya que a nadie le gusta esa mezcla. 

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