Capítulo 6

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—¿Al final vas a ver a ese amigo tuyo cantante? — le preguntó Edmond a la pelirosa.

—Si. No tengo que corregir nada y otra cosa mejor no tengo que hacer esta tarde, así que me acercaré hasta donde estén. — contestó ella mientras recogía sus últimas cosas y las metía en su maletín negro. Cuando esta acabó de recoger lo que quedaba encima del escritorio de su pertenencia, ambos amigos se fueron.

—¿Qué quedó en enviarte un mensaje?— le preguntó el moreno a ella.

—Si. Me dijo que cuando hablara con sus compañeros sobre a donde iban a ir, que ya me avisaba.

—Entonces, cuando te diga a dónde vas, ¿Te importaría decírmelo?

—No, para nada. Así vamos los dos otra vez a verlos. Incluso si quieres podemos comer juntos en mi casa... Que hoy Eric trabaja todo el día.

—Pues entonces me voy a tu casa. Que en la mía tengo que andar sobre la mierda de lo sucia que está. — Afrodita se rio por el ocurrente comentario de su amigo.

Ambos jóvenes fueron a casa de la pelirosa, no sin antes pasar por el supermercado para coger algunas cosas de última hora. No tardaron mucho en llegar. Ambos estaban bastante hambrientos, así que eso les ayudaba a ir más rápidos.

Cuando llegaron, después de que la chica abriera el portalón y la puerta de la vivienda, se fueron directos a la cocina.

—Vale, a ver, para empezar, ¿Cómo narices funciona esta cocina? — preguntó Edmond dándole a muchos botones.

—¡Para, para! ¡Que me vas a quemar la casa! — el chico inmediatamente puso las manos en alto y dio un paso hacia atrás dejando que Afrodita encendiera la cocina. — De verdad, Edmond, tienes que comprarte una vitrocerámica en condiciones y dejar esa cocina de gas.

—¡Eh! No te metas con mi cocina de gas, doña vitrocerámica. — se burló el chico.

Después de unas cuantas burlas dirigidas a la cocina de gas del chico y a la vitrocerámica de la chica, finalmente comenzaron a cocinar ambos. Habían decidido hacer unos tallarines a la carbonara para ambos.

Luego de que la comida finalmente estuviera acabada, decidieron ir al salón con sus respectivas bebidas: dos copas de vino barato. Ni siquiera se molestaron en poner los servicios en la mesita de café que tenía la chica, ya que los dos sabían que iban a apoyar los dos los platos en sus piernas. Después de poner Friends en la televisión, se pusieron a comer.

Afrodita se estaba riendo bastante con la serie, al igual que Edmond. Ambos tenían la broma de que ellos dos eran los Chandler y Joey de la vida real, ya que el personaje favorito de la pelirosa era el primero y el del moreno era Joey. Además tienen personalidades parecidas a los dos personajes, así que eso también les llevó a tener la broma de los dos personajes.

Después de comer, ambos chicos recogieron todo y limpiaron, para que así el novio de la chica no se diera cuenta de que no estuviera sola la chica esa tarde, sino que tuvo compañía. Cuando acabaron de recoger, fueron los dos al salón y se tiraron de nuevo en el sofá para seguir viendo la televisión:

—Afrodita. — la llamó Edmond, ganándose rápidamente su atención.— ¿Le has contado algo a Eric? Sobre lo de ayer y tal.

—No. — suspiró la chica.

—¿Y se lo vas a contar?

—No lo tenía pensado la verdad. No quiero que él lo sepa. Sé como es y sé cómo se pondría si se llega a enterar de que voy contigo a ver actuar a Damiano.

El chico suspiró. Entendía a la perfección la elección de su amiga. Sabía cómo era la pareja de ella, y sabía que no se lo tomaría a buenas que ella quedara con chicos. Eric era muy posesivo, tóxico y machista. Era tan inseguro de sí, que hasta llegó amenazar a Afrodita con suicidarse por quedar con él o con alguno de sus compañeros de universidad. Con lo bueno que parecía al principio y lo gilipollas que se ha vuelto en menos de dos años.

Agente inmobiliario || Damiano David||Where stories live. Discover now