⇁ 05 ↼

1.3K 145 268
                                    

「 ɴᴀᴅᴀ ᴠᴏʟᴠᴇʀᴀ́ ᴀ sᴇʀ ᴄᴏᴍᴏ ᴀɴᴛᴇs 」


Llevo ya una hora en el Centro de Renovación cuando los miembros de mi equipo de preparación dan por terminada la sesión. Bellamy, un hombre de cabello azulado y con tatuajes negros en la parte superior de la mandíbula, sonríe victorioso a sus compañeros cuando ya consiguen limpiarme profundamente, darle uniformidad a mis uñas y quitarme el vello corporal del cuerpo. Todo ha sido insoportable pero gracias a sus comentarios altruistas y ligeramente cómicos, me han ayudado a centrarme en ellos y no en mi dolor corporal.

—¿Sabes que eres el primer tributo que tenemos con tan escaso vello corporal? Sin duda, nos has facilitado el trabajo, chico. —Alude el de cabello azulado, con extraña alevosía, como si fuera algo de lo que verdaderamente se pudiera celebrar.

—Y por seguro tu compañera aún debe de tardarse —comenta su ayudante, Raven, que posee el cabello de un tono rosado y tiene extremo maquillaje en el rostro, casi parece un payaso—. Se nota a leguas que esa chica tiene mucho pelo escondido tras sus ropas.

Me pregunto si Minho se reiría de la apariencia que debo tener ahora, porque cuando me dejan incorporarme, siento que soy una especie de pájaro desplumado. Estoy desnudo, ya que en opinión de ellos es mejor, pero realmente no me ocasiona problema porque no siento que esté frente a personas humanas. Siempre me ha parecido que la gente del Capitolio es en realidad un puñado de muñecos sin voluntad propia, así que, por ello no tomo en cuenta sus intensas miradas en mi cuerpo. Prefiero pensar que son máquinas creadas, como los pájaros mutos.

Recuerdo las últimas palabras que me dijo mi padre antes de despedirme de él, y un nudo se me forma en la garganta. Ignoro el hecho de que anden revoloteando a mi alrededor, murmurando cosas sobre de qué lado se vería mejor mi cabello, y sostengo entre mis manos la bata de vestir que me hicieron quitar al principio de la sesión. Ante sus quejas, me la pongo de nuevo. Quiero irme de este lugar y poco me importa que mi estilista no me haya visto todavía.

Terence, el tercer ayudante de Bellamy, intenta recuperar la bata, pero sostengo su mirada y parece ver algo de lo yo soy incapaz. Se aleja, algo abrumado, y me siento un poco mal. No es que le considere una persona como yo, pero tampoco quiero herirle los sentimientos (si es que tiene), ya que este tipo de personas sólo hacen su trabajo.

—Lo siento, Terence, no quería verme borde. Es solo..., Quiero que entiendas que aquí hace un frío increíble y que soy muy fácil para coger resfriados. ¿No querrás que este tributo tuyo ande moqueando por cualquier lugar del Capitolio, no es cierto? —Su mirada recupera su jovial brillo y se ríe. Pronto sus acompañantes comparten su jocosidad, y Raven comenta que le parezco muy gracioso.

El tema de la bata queda en el olvido. Sin embargo, un repentino agobio me invade cuando pienso en qué estará haciendo ahora mi familia. ¿Me echarán de menos? ¿Verán el programa realmente esperando que sobreviva, o ya estarán intentando aceptar mi muerte? La voz chillona de Terence me saca de mis pensamientos.

—¡Ya casi pareces una persona normal! —Intento fingir que el comentario no me ofende, y disimulo mi mejor sonrisa.

—Sería un honor serlo, Terence.

Los tres sonríen encantados ante mi respuesta y me pregunto si eso ha sido suficiente para ganármelos a mi favor. Me analizan unos segundos más, y cuando están satisfechos con su trabajo, Raven y Terence salen de la habitación en busca de mi estilista. Entonces, en la habitación sólo queda Bellamy, y este no suelta prenda cuando se acerca a mí. Se dedica a quitarme unos pelos más de las cejas, las cuales siempre he creído que eran poco pobladas, y de alguna manera siento que solo quiere hacer tiempo. Un enorme y ensordecedor silencio nace entre ambos, y cuando ya me resulta lo bastante incómodo y pretendo decir algo, el joven que no debe aparentar unos años más que yo, se me adelanta.

𝐓𝐇𝐄 𝐇𝐔𝐍𝐆𝐄𝐑 𝐆𝐀𝐌𝐄𝐒, Newtmas ( au ) [✓]Where stories live. Discover now