Parte 11: Carta 2 de Albert para Candy - Epílogo

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Hola queridas amigas,

Ahora vamos a analizar la segunda carta que Albert escribe a Candy y la cual se encuentra en el Epílogo del libro Candy Candy la historia definitiva.

Como siempre vamos a colocar lo escrito en el libro en negrita, cursiva y entre comillas, subrayaremos las partes más relevantes.

Espero que les guste, aquí vamos...


"Querida brujita Candy,

No hay necesidad de que lances ningún hechizo: ¡no voy a olvidarme del cumpleaños de cierta persona! Por cierto, hace ya mucho tiempo que ando buscando un regalo para ti. Quiero esforzarme para conseguir algo que te deje sin aliento.

Discúlpame si creo que tu magia no surtirá efecto. A mí antes que a nadie, créeme, me gustaría tomarme unas vacaciones, pero Georges no deja de recordarme que ya me he tomado descansos suficientes para toda la vida y tiene razón.

No frunzas el ceño, Candy. ¿Por qué no vienes tú a Chicago? A Annie le gustaría celebrar vuestro cumpleaños juntas. Si te pasaras por aquí, me sería mucho más fácil encontrar un hueco libre.

Cuando superes la decepción, si decides aceptar mi propuesta, enviaré a alguien a buscarte en cuanto me sea posible. Creo que está más que claro que todo el hogar de Pony está invitado a unirse.

Sin duda alguna, una fiesta de cumpleaños organizada en tu orfanato sería memorable, pero verás que en Chicago tampoco te faltará nada. Tus niños podrán hacer un viaje educativo y me aseguraré de que, de esta forma, la señorita Pony y la hermana Lane puedan descansar un poco.

¿Sigues enfadada? No importa. Estoy seguro de que cuando recibas mi regalo no podrás evitar sonreír de oreja a oreja.

A pesar de todo creo que tu magia ha funcionado en parte. Desde que me llegó tu carta, no hago otra cosa que pensar en los días pasados.

Me has preguntado qué estaba haciendo ese día en la colina de Pony con un traje tradicional escocés. Debes saber que, por aquel entonces, y desde bien pequeño, me tenían prohibido salir solo o dejarme ver en público.

Como ya sabes, yo era solo un crio cuando tuve que enfrentarme a las responsabilidades que conlleva ser el cabeza de familia de los Ardlay. Detrás de todo esto hay razones ocultas: para mi familia, los vínculos de sangre son lo más importante. Mi padre, William C. Ardlay, era un hombre de negocios excelente y tuvo que sostener él solo a la familia desde muy joven. Su repentina muerte trajo inestabilidad a la familia y no había nadie más que yo en ese momento, un niño de tan solo ocho años que pudiera sustituirlo. El papel de cabeza de familia se traspasa de William a William. En una línea de descendencia directa. La tía abuela Elroy, hermana mayor de mi padre, y el resto de ancianos de la familia pasaron mucho tiempo pensando en qué se debía hacer, porque sabían que había personas entre los Ardlay interesadas en arrebatarme el puesto.

No es necesario que conozcas más detales de este conflicto interno, pues ahora ya no tiene importancia.

Al final, los ancianos decidieron confiarme a mí el papel de cabeza de familia.

Decidieron que serían ellos los que cuidarían de todo hasta que yo tuviera edad suficiente. Siguieron un plan muy meticuloso en el que se aseguraron de que tanto en la familia como en el mundo de los negocios se corriera la voz de que el señor William A. Ardlay era un hombre excéntrico, pero muy hábil en su trabajo. Por suerte nuestra familia es muy numerosa, así que eran pocos los miembros que conocían la verdad. De esta forma, a fuerza de escuchar una y otra vez la misma historia, la gente terminó por creérselo todo.

¿Quién es Anohito? - Candy CandyWhere stories live. Discover now