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Jueves 25 de Diciembre del 20197:54 PM

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Jueves 25 de Diciembre del 2019
7:54 PM

El aire frío soplaba, crispando su cuerpo y haciendo que los vellos de sus piernas se pusieran de punta, el mismo aire provocaba que su vestido se levantara y que las lágrimas en sus mejillas se secaran lentamente provocando una rara sensación de escalofríos en sus pómulos.

El vacío estaba cerca, invitándola a probarlo, invitándola a acabar con todo de una vez y para siempre, tenía miedo, pero tenía más miedo de no hacerlo y de seguir enfrentando todos los obstáculos tan difíciles de superar que le ponía la vida. Era cobarde, ella lo sabía, sabía que si fuera valiente no estaría pensando en rendirse para no tener que soportar la fatiga de seguir luchando.

Sus ojos picaban y los cerraba fuertemente cada cierto tiempo para poder liberar las saladas lágrimas que eran retenidos en estos, lágrimas que descendían lentamente hasta estar en el piso, lágrimas que trazaban un camino en sus mejillas hasta por fin estar desechas.

— ¿Por qué sigues con ese deseo de acabar con tu vida? — preguntó una voz a sus espaldas, una voz de una niña, una voz llena de pureza e inocencia.

¿Qué sentido tiene vivir si hace tiempo siento que estoy muerta?

La niña mantuvo su mirada en aquel pedazo de Sol ahora apagado, sus manos se encontraban aferradas a la fría pared que era parte de el balcón, su cabello volaba y se pegaba en sus mejillas a causa de las lágrimas anteriormente derramadas.

Escuchaba a lo lejos la música por los festejos que se estaban llevando a cabo, escuchaba las risas de sus tíos y de los demás en la planta de abajo. Tenía miles de motivos para irse y uno solo para quedarse.

Se aferro a ese motivo como aire para respirar y por fin pudo volver a su habitación, lejos de ese balcón que parecía gritarle porque se aventará, sus manos estaban temblando y sus ojos no dejaban de soltar lágrimas, en seguida tomo sus pastillas—por las que se suponía que iba en primer lugar—Y comenzó a sentirse mejor lentamente.

— Emily, los regalos ya van a ser abiertos. — llegó Rindou por las escaleras, mirando como su amiga en seguida tomaba aire. — Hey ¿estás bien?

— Sí... Ya bajo. — Rindou asintió y la dejo sola.

Al cabo de unos minutos la chica por fin bajo, sintiendo de nuevo el calor en su pecho al ver a su familia y amigos tan contentos, se sentó en medio del pequeño Killian, el cual había caído totalmente enamorado por la chica, y de Kyler, el cual paso sus brazos por los hombros de la muchacha.

— Tu gato es muy lindo. — habló él.

— Ava me lo regaló hace un tiempo, lo quiero mucho. — le contestó mientras se cohibía en su lugar ante el contacto con el muchacho.

No era que le molestará o incomodará, solo que hace un montón que no recibía ese tipo de afectos con alguien que no fuera Ana, la cual ahora estaba dentro de la casa, y para la extrañeza de Emily, esta llevaba una cara de preocupación.

𝙈𝙮 𝙒𝙚𝙖𝙠𝙣𝙚𝙨𝙨 || 𝗥𝗮𝗻 𝗛𝗮𝗶𝘁𝗮𝗻𝗶 𐬺 ✔︎Onde histórias criam vida. Descubra agora