11

184 31 7
                                    

Le estaba encontrando el gusto a usar el regazo de Yeonjun como almohada. Si bien mi novio estaba dotado con una buena musculatura, sus muslos siempre se sentían blanditos y cálidos. Siempre que me echaba en su regazo mientras conversábamos de la vida, él me daba caricias en el cabello distraídamente. No era consiente de lo feliz que me hacía hasta que dejé de tenerlo.

Recuerdo uno de esos días, en el campus de la universidad, en un hueco de por ahí: sentía que el mundo era nuestro.

--Estás bromeando --rió.

--Te lo prometo --aseguré recordando --, terminé volviendo a casa envuelto con parte de la tela del mantel.

Como el burlón que era, Yeonjun estalló en risas. Yo lo miré desde abajo con una ceja alzada, haciéndome el ofendido.

--Eso, búrlate de tu novio.

--Es que... --dijo entre risas --. No puedo creer que todo eso haya pasado en una sola noche, lo siento.

--Parece chiste pero es anécdota, en serio --reí con él.

--Por lo menos alcanzaste a estar para la parte de la ceremonia de despedida, ¿verdad?

Negué con la cabeza.

--¿Por qué no? --preguntó curioso --Se supone que es la parte más bonita y es al inicio de la fiesta.

--Yo me tropecé con la pata de la mesa de ponche a los cinco minutos de haber llegado, ahí tú explicación, me fui apenas llegué.

Su entrecejo se acentuó.

--Pero el baile de promoción es muy importante, Binnie, es tradición. ¿No pudiste esperar a que secara el ponche o prestarte una camisa de alguien?

Con lo que dijo, comprendí que Yeonjun no entendía la gravedad del asunto. Como si después de haber hecho tremendo ridículo hubiera querido quedarme.

--Claro, todos llevan muda a un baile de promoción --dije sarcástico --. Igual ni siquiera quise ir en primer lugar. Nunca fui cercano a todos esos tipos y Heejin estaba enferma por lo que tampoco fue, entonces no había punto. Solo fui por qué mamá me obligó.

La realidad era que fue una de las peores noches de mi vida; fue humillante y me sentí jodidamente solo, pero Yeonjun no tenía que saber eso.

Su expresión cambió tan pronto terminé de hablar, se tornó triste, siendo adornada por el mismo tierno puchero de siempre.

--¿Qué sucede? ¿Por qué esa cara? --Quise saber a la vez soltando una risilla ligera --. No me digas que estás así por lo que te conté.

Sospechando que era por eso, con cariño acaricié su mejilla con mis dedos.

--Es solo que... No sé, me parece injusto. Se supone que es un día bonito, especial e inolvidable, ¿no?

--No le des tantas vueltas cuando a mí ni siquiera me importa, amor. No vale la pena que te pongas así por tonterías así, ¿ok? Ambos sabemos que mis años de escuela nunca fueron los mejores, y está bien, ya pasó.

Tan solo lo dije para que se sintiera mejor, pero tal vez sintió parte de la mentira, porque solo asintió desganado.

Mi Yeonjun siempre fue muy susceptible a mis sentimientos, tanto así que a veces parecían más suyos que míos. Él decía: "Tu felicidad es mi felicidad, tu tristeza es mi tristeza, e incluso cada mini cosita que sientas, siempre vas a tener con quién compartirla".

Deseando volver a ver su sonrisa, me senté invadiendo su espacio personal, a la par dejando una lluvia de besitos en todo su rostro. Me costó varios de estos el volver a hacerlo sonreír, pero lo conseguí. Yeonjun rió avergonzado tomándome de los hombros para separarse de mí.

YUANFEN [Yeonbin/Soojun]Where stories live. Discover now