Capítulo 96

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POV Zeldris
¿Por qué dejé que Venda hiciera eso? ¿Por qué no la detuve en el momento en que tomó mi celular? ¡Ahora acaba de enviarle un mensaje a mi hermano!

Zeldris: ¿En serio lo hiciste?

Gelda: Sí, mira. —Me mostró la pantalla y comprobé lo que no quería.

Zeldris: ¿Y si me deja en visto?

Gelda: No creo que lo haga. —Miró la pantalla.

Zeldris: Mejor elimina el mensaje, seguramente no lo ha visto ya que está con Elizabeth y sabemos muy bien que jamás hace caso a su celular cuando está con ella.

Gelda: De hecho, ya lo vio. Está escribiendo.

Zeldris: ¿En serio? —El sonido de que contestó sonó.

Gelda: ¿Quieres ver qué puso? —Negué— Vamos, Zel.

Zeldris: Mejor dímelo tú. —Suspiró incrédula—. Por favor.

Suspiró resignada.

Gelda: Pregunta dónde.

Zeldris: ¡Ay, no sé! —Me quedé pensando— En la escuela… No, muy poca privacidad. En el parque… No, mucha gente. —Caminé de un lado a otro y finalmente lo supe—. En la cafetería.

Gelda: De acuerdo… —Movió sus dedos sobre la pantalla de mi celular. Pasaron unos segundos—. Pregunta cuándo.

Zeldris: Pues… cuando él descanse.

Gelda: Está bien. —Volvió a teclear y mandó el mensaje. Esperamos otros segundos—. Dice que pasado mañana.

Zeldris: Bien, será pasado mañana.

Tecleó de nuevo en mi celular y me miró con una sonrisa.

Gelda: Pasado mañana hablarás con tu hermano.

Asentí aún temblando. Estoy muy nervioso por lo que pasará en dos días.

Gelda: Me siento un poco mal por Meliodas, seguramente él cree que habló contigo.

POV Elizabeth

Elizabeth: Me siento un poco mal por Zel, seguramente él cree que habló contigo —le dije después de confirmar su cita con él.

Aún no puedo creer que Meliodas me haya despertado para hablar con su hermano por mensaje solamente porque él estaba nervioso.

Meliodas: Yo no podía, estoy demasiado nervioso.

Reí. Aún estaba temblando.

Elizabeth: Ya deja de temblar —lo sujeté de los brazos—. Ya verás que todo estará bien. En dos días hablarás con Zel.

Meliodas: ¿Me acompañarás?

Hice una mueca.

Elizabeth: No creo que sea buena idea que yo vaya. Primero ustedes deben resolver las cosas…

Meliodas: Te necesitaré junto a mí.

Suspiré y asentí.

Elizabeth: Está bien, iré contigo. —Sonreí.

Se lanzó a mí para atrapar mis labios. Rodeé su cuello con mis brazos y nos fuimos recostando en el sillón. Colocó una mano sobre el sillón para no dejar todo su peso sobre mí y la otra en mi cintura por debajo de mi blusa. Inmediatamente cada nervio de esa zona se activaron. Abrí más mi boca dejando que su lengua entrara y profundizando todo.

Gemí al sentir como su mano bajaba a mi trasero por debajo de la ropa y lo apretaba lentamente. Nos separamos del beso con nuestras respiraciones agitadas y después sentí como atacaba mi cuello. Suspiré. Mis manos ya estaban dirigiéndose al primer botón de su camisa cuando su celular comenzó a sonar.

Tú eres para míTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon